____ ____ ____ ____ ____ Oliver Laufer: Castro, un amigo.

Sunday, October 17, 2004

Castro, un amigo.

Que tortura tan injustificable la de Rodríguez que se ve obligado a no participar en lo que, como buen socialista, debería estar haciendo en estos momentos. Las pruebas de que vivimos bajo un gobierno socialista existen, del superávit al déficit hay sólo un paso de distancia -un partido político- y con él, un aumento sin precedentes del gasto público. Que dolor tan agonizante el del Presidente de la nación, sumido en la transparencia, cediendo a los que tanto han dado que llorar y tanto han dado que sufrir. Arremetiendo contra los suyos.

El Presidente amenaza, y las televisiones privadas (las mismas que en parte le dieron el triunfo), ahora sí tienen que cambiar. Lo tenían que hacer, tarde o temprano. Si no cambian su programación y continuan sin respetar el horario infantil, el Gobierno se verá “obligado” a intervenir. Lo dice, claro está, después de que la cadena privada de Berlusconi, Telecinco, decidiera pasarse a la imparcialidad. Algo así como si Chávez se convirtiera al neoliberalismo salvaje de la noche a la mañana. Una utopía, en pocas palabras. Y desconcierto total para los defensores de la llamada telebasura, que se ven obligados a pasarse al Islam porque se han quedado completamente solos en el mundo.

Mientras tanto en la Moncloa, las relaciones con Cuba siguen siendo positivas. Aunque nuestro Presidente se encuentra hoy en Balatonoszot, Hungría, el país que al anunciar que se retiraba del Pacto de Varsovia con ayuda de la ONU, y tras lograr la expulsión de las tropas rusas, se preparaba para ser invadido de nuevo por el ejército rojo que poco después iba a implantar en el poder a Kadar, un comunista de mucha confianza que se encargó de ordenar unos cuantos fusilamientos civiles para calmar a las masas de individuos.

Hoy nuestro Presidente está ahí celebrando la Cumbre de Líderes Progresistas. Aunque en Estados Unidos y España la desistencia cubana, o sea, los demócratas cubanos, han condenado la política exterior del Gobierno. La Asociación Cubana Española condena lo ocurrido ayer en un comunicado que afirma que "esto demuestra que Fidel Castro no está dispuesto a implantar la democracia y la libertad del pueblo cubano y que por tanto demuestra una vez más que no puede haber diálogo con Castro, por lo que la política del Gobierno español es un fracaso", según nos han demostrado algunos medios informativos, refiriéndose a la prohibición de entrada a la isla del diputado y secretario de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moraga, ya que viajaba con Visa de turista. Ahora bien, con él viajaban dos parlamentarias holandesas que también se vieron obligadas a subir de nuevo al avión con destino a la Unión Europea, presidida durante unos meses por Holanda, por cierto. Los portavoces del PSOE ya se han manifestado al respecto, y según ellos, el diputado español y las dos parlamentarias holandesas se han buscado su expulsión de Cuba. No sólo eso, sino que fue un acto deliberado, plenamente preparado.

Según Gaspar Llamazares, quien obtuvo su licenciatura en La Habana, todo ha sido un plan del PP para boicotear el intento de mejorar nuestras relaciones con Cuba. En su próxima comparecencia al respecto seguro que implica a la administración Bush, argumentando que se trata de un plan meticulosamente planificado por la CIA para invadir la isla e implantar un espeluznante sistema de derechos individuales.

Trinidad Jiménez, la secretaria socialista de Política Internacional, lo ha atribuido a un simple intento del diputado popular de llamar la atención, por lo que el régimen castrista queda totalmente exculpado de lo ocurrido.

Según Rodríguez el plan sigue en pie. La UE debe mejorar sus relaciones con Cuba, que tras la presión de Aznar en 2003, por el encarcelamiento de 75 disidentes cubanos, que logró que la UE cambiase su política exterior hacia Cuba, intenta hoy, que Europa retire las sanciones diplomáticas que llevó a cabo contra la tiranía castrista. De esa manera pretende exigir cambios al régimen comunista. O sea, que según Rodríguez, para que Cuba ceda a la tan aclamada libertad es necesario un fortalecimiento del régimen. Lo que a juicio racional de la lógica de cualquiera es una total estupidez de su parte.

Recuérdese su decisión de retirar las tropas de Irak, que según él, colaboraría en la democratización del país. Democracia que nunca habría sido posible, para empezar, sin la intervención previa de Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia contra el régimen de Husseín, que asesinó a un millón y medio de personas inocentes. Intervención a la que el líder socialista se opuso rotundamente, aunque luego sí quería colaborar en la democratización del país con la retirada inmediata de las tropas españolas del lugar. Asimismo pide a las demás naciones que están ahí, guarneciendo la libertad iraquí, que abandonen el territorio. Al-Qaeda lleva meses -tal vez años- en Irak y mata entre 3 y 60 personas diariamente, además de la llamada resistencia iraquí, muy bien equipada y lista para el ataque constante contra tropas y civiles de la coalición. De ese mismo modo, el nuevo Estado iraquí no tiene un ejército cualificado en estos momentos para mantener y defender la soberanía de la democracia en el lugar. EE.UU. lleva meses entrenando al nuevo ejército iraquí, pero éste aún no puede valerse por sí mismo, lo que significa que si todos los ejércitos internacionales que están en Irak se retirasen, el país quedaría sumido en la anarquía, y la recién recuperada democracia no podría sobrevivir por sí sola. Estallaría una guerra civil y las facciones simpatizantes al régimen se harían con el poder en muy poco tiempo. Lo que no es obstáculo para que el Presidente de la nación pida la retirada de todos los países ahí presentes y fortifique el espíritu terrorista con la retirada de España ante el chantaje terrorista del 11 de marzo y las movilizaciones, por la capital española, de los jóvenes pacifistas adictos al jachís.

Ahora pide, nada más y nada menos, que mejoremos nuestras relaciones con un régimen que puso cabezas nucleares listas para ser disparadas contra las ciudades más importantes de América. Una dictadura que lleva 45 años implantando el miedo, violando las libertades individuales; un régimen que abolió por completo la propiedad privada, el derecho y la libertad. Hay cientos, miles de condenados por el simple hecho de no ser comunistas, por discrepar con la dictadura, por creer en la libertad y en la democracia. Más recientemente recordemos los fusilamientos de quienes intentaron escapar de la tiranía castrista. Y hoy Rodríguez quiere que seamos amigos de un tirano, hoy quiere que ayudemos a un tirano y que colaboremos con un régimen que ha matado a miles de personas y, a su vez, con una ideología que ha matado a unos cuantos millones más. Eso, nada más que eso, pretende hoy el Presidente del Gobierno. No hay nada que decir al respecto. Que Dios, si existe, le perdone por ello.

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