____ ____ ____ ____ ____ Oliver Laufer: May 2005

Wednesday, May 25, 2005

Objetivismo sectario

Soy conciente de la imagen que tiene la sociedad liberal sobre la persona de Ayn Rand desde hace ya algunas décadas. Y a cualquier liberal, en sus inicios, sobre todo si es norteamericano, se le inculcará en un gran número de casos, la doctrina del llamado Objetivismo filosófico como base epistemológica. Este artículo será plenamente subjetivo y no pretendo fomentar, ni mucho menos, un anti-objetivismo. Creo en muchos de los postulados objetivistas, pero, a mi juicio, la filosofía de Rand tiende a convertirse en una filosofía incompleta, superficial y su mal uso por los herederos, actuales promotores de la doctrina, la convierte en un movimiento casi sectario y dogmático.
Una tendencia filosófica, pienso, no puede quedar atrapada en el núcleo de sus defensores, sin poder dar más de sí misma. Ninguna filosofía ha muerto por ser criticada. De hecho, las filosofías griegas que se criticaron por quienes, desde sus inicios, fueron seguidores de ellas, nunca perdieron su esencia doctrinaria y sirvieron como base para nuevas filosofías y religiones, siendo éstas incluso las que hoy subordinan nuestro modo de vida, el occidental. Muchos filósofos han sido críticos con sus propias filosofías, y con ello, han logrado crear sistemas para llegar al conocimiento de la realidad más precisos.
Por ejemplo y sin ir muy lejos, el Objetivismo de Ortega entra en contradicción con su posterior Perspectivismo y su Raciovitalismo. Ortega entendía, al igual que Rand, que había una única realidad, ajena a la persona, objetiva y empírica, pero que la persona tenía, como individuo, una interpretación subjetiva de esa realidad que viene determinada por sus circunstancias de vida y la cual podemos llegar a conocer a través de la suma de todas las realidades subjetivas: de todas las interpretaciones que tienen los individuos sobre el entorno en el que se desenvuelven.

Ayn Rand
Rand niega la existencia de la metafísica, por lo tanto, el Objetivismo sólo acepta una única realidad, que es el mundo exterior, totalmente ajeno a la persona, por lo que llegamos al conocimiento de la realidad a través de la simple observación del mundo. En este caso Rand hace una separación de lo que esa realidad es en sí y lo que cada individuo interpreta de dicha realidad. La realidad es lo que es, sin más, independientemente de lo que cada individuo experimente al percibirla. Además, el Objetivismo de Rand afirma que es necesaria la razón para entender como funciona dicha realidad objetiva. El hombre depende por completo de la razón, y, efectivamente, nos diferenciamos de los demás seres vivos porque tenemos capacidad de raciocinio. La razón ayuda a cada persona a llevar a cabo una efectiva toma de decisiones a lo largo de su vida, y esta capacidad nos convierte en dueños de nosotros mismos, de nuestras decisiones, de nuestro carácter y personalidad. La existencia de esta capacidad que desemboca en un profundo sentido del individualismo parte hacia otros supuestos que niegan la subordinación por cualquier fuerza exterior e independiente de la persona. Cada uno está capacitado a tomar sus propias decisiones mientras que éstas no afecten las libertades que tienen los demás individuos. Esto desemboca, a su vez, en el Laissez-Faire, porque es el único sistema moral, económico, social y cultural que no atenta contra las libertades de cada uno para tomar sus propias decisiones.

Las contradicciones del Objetivismo
Esta capacidad de tomar nuestras propias decisiones determina siempre la búsqueda de no violencia, de no atentar contra otras personas exceptuando el hecho de que estas otras personas hayan iniciado el uso de la fuerza contra uno: en este caso uno puede disponer de todos los medios necesarios para salvaguardar nuestra integridad física. Esto ha dado lugar a una reinterpretación del Objetivismo. Rand defendió, sin ir muy lejos, un apaciguamiento total con respecto al estado de la libertad en el resto del mundo. Esto es, podemos utilizar la fuerza para salvaguardar nuestra persona, siempre y cuando otro haya atentado contra nuestra integridad (esto me imagino que no engloba únicamente al individuo sino a la sociedad y su funcionamiento). Pero en el caso de que se ejerza el uso de la fuerza entre dos grupos ajenos a nosotros, no debemos intervenir. Esto significa, por ejemplo, que el Objetivismo que defendía Rand negaba la intervención norteamericana en la liberación de Europa de la tiranía Nazi, y de este mismo modo, Rand fue profundamente crítica con la intervención norteamericana en Vietnam. No debemos sacrificarnos, según ella, por exportar la libertad donde no existe. Este aislamiento supone, a mi juicio, un error en la concepción histórica: si la Alemania Nazi se hubiera hecho con el mando de Europa entera, esto habría afectado, muy probablemente, a los Estados Unidos, empezando por su economía.
Dos de los sistemas económicos más socialistas en Europa durante la primera mitad del siglo XX fueron los de Hilter y Mussolini. No quiero hacer psicohistoria ni suposiciones de lo que habría ocurrido ante una victoria del Eje, al menos en Europa. Pero son muchas las características y las circunstancias que me hacen creer que no habría supuesto ningún beneficio para América, ni muchísimo menos. Sino que las consecuencias, para la nación estadounidense, habrían sido colosalmente negativas en todos los aspectos, empezando, como dije, por el económico. La Guerra fría, asimismo, se caracterizó porque las tensiones entre los dos bloques nunca llegaron a más. Pero, de haberse producido la guerra como tal, los satélites soviéticos habrían actuado contra la integridad de los norteamericanos. Y la prueba empírica de ello más característica fue la actitud de Fidel Castro durante la crisis de los misiles de Cuba. Por eso EE.UU. intervino, incluso en América Latina, en varios países donde se habían impuesto sistemas totalitarios simpatizantes a la dictadura comunista de la URSS.
En este sentido no es la moral la que toma riendas en el asunto: son las libertades individuales. De hecho, para este artículo, sólo actúo bajo los dictámenes de las libertades individuales. Pero en el caso de que, además, tuviéramos que acoplar el concepto de moral a la idea de exportar la libertad donde no existe, sobre todo la idea de moral que concurre en Norteamérica, que se basa, ante todo, en la idea de libertad, el Objetivismo se quedaría de nuevo vacío de argumentos, sobre todo si quiere hacer apología de sí mismo como una filosofía para vivir en la tierra, en el mundo. Yo no puedo considerar que el mundo sea un lugar libre mientras haya en él territorios donde la libertad de la persona no se respeta, quedándonos los demás, como se dice, de brazos cruzados. Aquí poco tienen que ver las costumbres culturales. Es compartido por una gran mayoría, incluyéndome, que las costumbres históricas de cada lugar no sirven como argumento para violar las libertades y los derechos. Si esto fuera así no existiría, por ejemplo, una Shirin Ebadi en Irán, o una Shahida en Afganistán. No habría cubanos en Miami, ni venezolanos, sin ir muy lejos y en lo personal, viviendo en España.
John Locke y Ayn Rand atribuyeron nuestra capacidad de comercio y nuestro interés de beneficio individual a que somos seres egoístas. David Hume y Adam Smith lo limitaron sin embargo al hecho de que somos seres sociables por naturaleza: la invención de las lenguas a lo largo de la historia de la civilización se acopla a la teoría de Smith y Hume.

El sectarismo en el Objetivismo
El sectarismo, que es otra de las contradicciones de los objetivistas, no es posterior a la muerte de Rand. La asociación de la idea de secta a la escuela objetivista puede parecer a primera mano un término peyorativo, (como lo es el término “randroid”, utilizado, sobre todo, en Estados Unidos por críticos sensacionalistas de la doctrina de Rand).
La idea de sectarismo, al contrario, viene impuesta por la actitud que asumieron los seguidores de la doctrina randiana y del Objetivismo en el momento de más auge de esta filosofía. El grupo se fue cerrando a la crítica y sólo seguían los dictámenes que había impuesto el pensamiento de Rand. Algo que contradice por completo la idea de libertad, apertura al mundo y vitalidad que mostraba Rand en sus novelas y ensayos.
De hecho, el actual Instituto Ludwig von Mises no hace mención alguna a Ayn Rand ni a su pensamiento en ningún momento. Esta fue una de las primeras, y más importantes, rupturas del movimiento sectario con un antiguo seguidor, en este caso el afamado economista austriaco von Mises.
Al producirse la muerte de Rand, la escuela objetivista pasó a nuevas manos y la idea previa de apaciguamiento exterior -que ya expliqué- fue desapareciendo por completo, naciendo, paradójicamente, dentro del grupo, la defensa total del intervencionismo militar en donde fuera necesario, haciendo uso de la fuerza contra otros individuos, siempre en defensa de los postulados que nombré anteriormente. Esto supone el cambio más importante que han asumido los defensores del Objetivismo, separándose por completo del pensamiento de Rand al respecto y reescribiendo un capítulo del movimiento filosófico objetivista. Asimismo, lamentablemente, el sectarismo no ha desaparecido, de hecho en sitios como Capitalism.org, The Intellectual Activist, Capitalism Magazine o The American Individualist sus miembros militan un Objetivismo absoluto, mostrándose favorables y defendiendo constantemente la política exterior del Presidente Bush, cuestión que Rand muy probablemente no habría hecho. También excelentes artistas como los dibujantes John Cox y Allen Forkum, republicanos y defensores de la guerra a la barbarie terrorista se declaran objetivistas, así como un grupo de pintores norteamericanos, cuya obra artística, casi en su totalidad, es un tributo a la filósofa rusa.

Mientras que esto ocurre, los españoles nos debatimos entre el sí y el no de la necesidad de la filosofía. A diferencia del presidente del gobierno de España, yo creo que quien no sabe de filosofía navega a ciegas por el mundo del conocimiento, hacia la ignorancia. Una idea muy atractiva para los seguidores de lo imposible. Sobre todo porque en España, desde hace un año, el fin justifica los medios. Y la ignorancia justifica el voto socialista. Pero en eso consiste el juego, lamentablemente.

Wednesday, May 18, 2005

Los muertos reales de Saddam Hussein

En diciembre publicaba en Laissez-Faire un artículo titulado Los muertos de Saddam Hussein, donde realizaba un viaje a lo largo de la dictadura y el número de víctimas que ésta había causado. La cifra se estableció pero era errónea y por eso me he propuesto a realizar otra anotación con una cifra más exacta de víctimas que ha causado la dictadura iraquí desde la llegada al poder de Saddam Hussein hasta la invasión aliada y el establecimiento de la democracia en el país.

Golpes disuasorios a los objetivos iraníes.
En 1980 el dictador iraquí ordenó el ataqué a territorio iraní. Consistía en una maniobra para anexionarse zonas pertenecientes a Irán, cuya riqueza en crudo era colosal. La guerra se prolongó por ocho años. La cifra de víctimas que ha causado la contienda siempre ha sido imprecisa, desde medio millón a un millón cien mil muertos. Aunque la más apoyada por los historiadores es la de un millón de muertos, de los cuales cuatrocientos mil pertenecían a los ejércitos de ambos países, mientras que los seiscientos mil restantes fueron civiles. Hubo dos millones de heridos y otros tantos millones de desplazados. La guerra finalizó sin una victoria oficial de ninguno de los dos bandos.
Invasión de Kuwait y la Tormenta del Desierto.

La invasión de Kuwait por parte de Irak en 1990 duró siete meses y hubo conflicto armado tan sólo durante la anexión del territorio kuwaití y la liberación del país por el ejército aliado, que no duró más de seis semanas. Murieron ciento treinta y cinco mil personas. Cien mil militares y treinta y cinco mil civiles.
Exterminio de los kurdos.
Desde su llegada al poder, Hussein le ha dedicado la guerra a la etnia kurda. En los primeros años de guerra contra Irán Hussein ordenó la tortura y el asesinato de cuarenta mil kurdos apresados por las fuerzas militares del régimen, todo aquel que se negó a renunciar a su raza fue asesinado. "Uno de los guardaespaldas del Presidente trajo 30 prisioneros. Eran todos kurdos. El propio Presidente les disparó uno tras otro con su pistola Browning. Otros 30 prisioneros fueron traídos y el proceso se repitió. Saddam Hussein se reía y, obviamente, disfrutaba lo que estaba haciendo. Había sangre por todos lados, parecía un matadero. Aquellos que aún quedaban vivos eran ejecutados por los oficiales de seguridad". Y las muchedumbres pacifistas de Occidente creían que se podía realizar un desarme pacífico del país. El desarme pacífico de un régimen que ha estado en guerra con sus dos principales países vecinos, contra una coalición de treinta países, contra su propia gente, y creía la masa, en su voluble e infinita pérdida de personalidad, que el régimen desaparecería. Un régimen, además, de carácter hereditario, donde los hijos eran más asesinos que el propio dictador. Una dictadura que ha violado todas las resoluciones, todas, absolutamente todas las resoluciones impuestas por las Naciones Unidas iba a colaborar en su desarme e iba a colaborar con el establecimiento de la democracia.
Pero mientras los niños de Halabja eran gaseados y morían en una lenta agonía con espasmos, ampollas y parálisis corporal gracias a las bombas alemanas arrojadas desde los aviones franceses, las muchedumbres de la Europa pacifista, la misma Europa que inventó el comunismo y el fascismo, las muchedumbres de esa Europa guardaban un silencio sepulcral, y ese silencio no es más que la más pura manifestación del peor prejuicio de nuestra época, que es el antiamericanismo. En el genocidio de Halabja murieron cinco mil más. Según los historiadores cien mil kurdos han sido exterminados por el régimen de Hussein, bajo las órdenes de Hussein. Cada día aparecen nuevas fosas con decenas de cuerpos.
Población civil iraquí, una víctima más.

Aquí está el error de mi anterior artículo: en el momento de señalar a los desaparecidos del régimen sólo tomé datos de una única localidad al norte del país. Las torturas llevadas a cabo por Hussein contra su pueblo las conoce todo el mundo. En Irak hay un millón de desaparecidos desde la llegada al poder del dictador, no cien mil, como dije en mi anterior artículo. Las torturas eran infringidas a todo aquel que cometiera un delito, fuera cual fuese. Las prisiones estaban llenas de presos políticos, demócratas, enemigos del régimen. Un millón desapareció para siempre.

Víctimas totales de Hussein:

Irán – 1.000.000
Kuwait – 135.000
Kurdistán – 100.000
Irak – 1.000.000

Total: 2.235.000 muertos. El doble de heridos.
Lo que en letras se lee dos millones doscientas treinta y cinco mil vidas perdidas. Lo que es igual a 28 bombas sobre la ciudad de Hiroshima, pero lo que es más irónico:

Siempre he utilizado en mis artículos la cifra de muertos de IBC desde la intervención aliada hasta hoy. Lo dije en mi artículo titulado Irak: del genocidio al daño colateral y lo reitero. Según la recientemente publicada cifra oficial de víctimas de la contienda realizada por la ONU han muerto 24.000 personas. Según IBC actualmente el número de víctimas ronda las 22.000. Por lo que la cifra que siempre he utilizado es la correcta y la cifra de Lancet es un fraude. Con absoluta certeza el 60% de las víctimas –y se puede ver en la página de IBC- han muerto a manos del terrorismo islámico. Según IBC, que por cierto, es una organización contraria a la guerra de Irak, son 7.350 los que han muerto bajo el fuego del daño colateral norteamericano. El daño colateral es lamentablemente inevitable. Ningún demócrata se habría negado al bombardeo aliado de Alemania, pero en él murieron millones de civiles. El ejército de Estados Unidos invierte la mayoría de su presupuesto militar en la reducción del daño colateral. Pero 7.350 vidas, que ojala nunca se hubieran perdido, han movido a todas las masas del globo y no las 2.235.000 personas inocentes que murieron bajo la sombra de la dictadura Baatista.
Habrían sido necesarias 305 guerras y posguerras de Irak para alcanzar las víctimas de Hussein. Eso las muchedumbres antiamericanas lo ignoraron, porque ignorar es su principal razón de ser.
Irak actualmente es una democracia, pero muchos de los que se hacen llamar demócratas habrían preferido que actualmente fuera una dictadura genocida. El mundo en el que vivimos está repleto de contradicciones. Que ironía tan lamentable.

Monday, May 16, 2005

Los amigos de Saddam Hussein

Chávez y Saddam Hussein en Bagdad
Una de las teorías que más se ha hecho eco en el globo tras la intervención militar y el establecimiento de la democracia en Irak, ha sido la del apoyo brindado a la dictadura de Hussein por parte de los Estados Unidos. Siempre servirá como argumento contra la guerra de 2003. Un argumento relativo: no se verán nunca las circunstancias y no se verá la historia, porque profundizar en el tema, para los defensores del apaciguamiento, será siempre análogo a la pérdida de razón y a la exaltación de la lógica. Y ningún argumento se puede defender si no tiene las bases sobre las cuales sustentarse.
El gobierno de Carter pasó a la historia porque defendió el diálogo con el enemigo. La segunda guerra mundial había demostrado que el diálogo con los enemigos de la libertad no traía sino consecuencias negativas. Bajo el mandato de Carter, en Teherán, se produjo el asalto a la embajada de Estados Unidos por simpatizantes de Jomeini, quien se había proclamado como el líder de la revolución islámica de Irán. El adoctrinamiento de Jomeini había sido el mismo que el de Osama Bin Laden, si bien Bin Laden se mostró contrario a su supuesta forma ligera de defender la guerra santa, ambos defendían las mismas ideas y ambos pretendían, bajo sus capacidades, llevarlas a cabo. Las capacidades de Bin Laden las vimos todos por televisión y por eso el desmantelamiento del régimen Talibán no tuvo tantos retractores como la posterior guerra de Irak. Para empezar porque la gente desconoce completamente lo que ha ocurrido dentro de Irak a lo largo del régimen, donde dos millones seiscientas mil personas han sido asesinadas bajo las órdenes del dictador iraquí. Pero, por encima de Hussein, para el occidental está lo que se dice de la guerra Irán-Irak y lo que se ignora de ella.
Los fines de Jomeini, como dije, eran los mismos que los de Bin Laden, y se pueden resumir en cuatro:
Acabar con el régimen del Shá de Persia, reclutar el mayor número de musulmanes posible bajo el extremismo islámico, reconquistar Jerusalén y utilizar el petróleo como arma contra Occidente. Como arma, estemos claros, contra los Estados Unidos.
Para finales de la década de los setenta el mundo estaba recuperándose todavía de la crisis petrolífera de 1973. El petróleo como arma contra Occidente era algo que preocupaba a los Estados Unidos. La embajada de Teherán estuvo secuestrada por un año y se dice que fue eso una de las razones que acabó con la presidencia a Carter.
La llegada de Reagan supuso el cese del apaciguamiento hacia Irán. En el momento de producirse la guerra de 1980, los Estados Unidos tomó cartas en el asunto: Reagan se mostró totalmente contrarió al régimen de Jomeini, que para aquel entonces era un peligro inminente para Occidente. Un peligro real, porque todos sabemos lo que el extremismo islámico es capaz de hacer.
La visita de Rumsfeld a Irak en diciembre de 1983 fue la principal arma histórica utilizada por las muchedumbres del intelectualismo afrancesado en los dos últimos años. Es sencillo: a un espectador medio no le interesa indagar en el asunto, y una imagen vale más que mil palabras. La imagen que se ha difundido es la de Rumsfeld con Hussein, y con ella se ha pintado a Estados Unidos como el antiguo gran amigo, que luego, tras interesarse por el petróleo, decidió invadir al país. Esto ya es, de por sí, una falacia nefasta. Los únicos que tenían intereses lucrativos reales eran otros, los amigos de Hussein, y no me refiero a Washington.
Imagen de Rumsfeld en su visita a Irak, la imagen utilizada por las muchedumbres.
Reagan había recibido información de la CIA sobre el uso de armamento químico contra el ejército iraní. Aún faltaban cinco años para que Hussein utilizara sus armas químicas contra la población civil kurda. No por eso dejaba de ser un dictador sanguinario ni mucho menos. En 1984 acabó con la vida de cuarenta mil prisioneros kurdos. Ese mismo año se romperían las relaciones diplomáticas con Estados Unidos durante un tiempo: Rumsfeld transmitiría, durante su reunión con Hussein, el malestar que causaba a EE.UU. el uso de armamento químico contra los iraníes; de hecho, esto fue reiterado por el secretario norteamericano en 2002 durante una entrevista realizada por CNN. Pero se siguió la línea estratégica, pues en ese momento el peligro para Occidente provenía de Irán, y había una guerra en la que se presuponía que el vencedor anexionaría territorios petrolíferos de su vecino, cuestión que no terminó ocurriendo. Territorios que Jomeini podía utilizar contra Occidente. La reunión consistía en informar al régimen de Hussein su interés común de evitar la expansión de Irán y Siria. Irak era un aliado estratégico, como lo fue la España de Franco durante la guerra fría y como lo fue la URSS durante la segunda guerra mundial. Compartían enemigos comunes y en ese momento el régimen iraquí no suponía un peligro inminente para la civilización occidental.
"Nuestro esfuerzo por ayudarlos se ve inhibido por ciertas cuestiones que lo dificultan, por ejemplo el uso de armas químicas"- decía Rumsfeld en su segunda y última reunión con diplomáticos iraquíes, en este caso, Tariq Aziz, Ministro de Relaciones Exteriores. Desde ese día se rompieron por completo las relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y la dictadura iraquí.
Los amigos de Hussein son los que colaboraron hasta los extremos más inimaginables con la dictadura y su genocidio por el mero hecho de querer hacerlo sin más pretexto. Los que condenaron la supuesta guerra por petróleo en 2003, no lo hicieron en 1983 ni en 1993, porque fueron ellos quienes realmente se lucraron de la dictadura y de sus prestaciones cuando los niños eran gaseados. El nunca antes mejor llamado oro negro, acompañado de una total falta de moral, fueron el argé de tan fantásticas relaciones bilaterales.
Una de las peores atrocidades genocidas de la segunda mitad del siglo XX fue el bombardeo con armas químicas de la ciudad de Halabja. Murieron 5000 personas. 3000 eran niños que jugaban o iban a la escuela.
Jacques Chirac fue Primer Ministro de Francia en la década de los setenta. Para 1974 Chirac viajó a Irak para mantener una reunión con Hussein, quien aún no era el presidente iraquí. Desde ese día se convirtieron en amigos inseparables. Posteriormente, ya establecida la dictadura, Hussein viajó a Paris. Ahí Chirac lo invitó a una planta nuclear donde negociaron la venta de dos reactores nucleares que fueron comprados por el dictador. En los reactores se podían construir armas atómicas, por lo que los israelíes, tras algunas informaciones de los servicios de inteligencia, bombardearon uno de los reacctores en 1981.
Reunión de los amigos Jacques Chirac y Saddam Hussein
Luego Chirac vendió a Hussein 133 aviones: los cazas Mirage F1 de fabricación gala. Ante el malestar del dictador por el precio de los aparatos, Chirac decidió realizar un descuento de un millón de dólares por cada unidad. Lo que fue 133 millones de dólares ahorrados por la dictadura iraquí. Con esos aviones se bombardeó la ciudad de Halabja el 17 de marzo de 1988.
Chirac y Hussein en una planta nuclear francesa.
El único interés de Francia era el petróleo, de hecho, la ayuda del país galo se debió a la nacionalización del petróleo iraquí. Fue tal el beneficio económico del régimen que a lo largo de la década de los setenta logró aumentar el número de efectivos militares hasta duplicarse. Fue este uno de los factores que hizo que la guerra contra Irán se prolongara por una década. La amistad de Chirac era incomparable, el fragmento de una carta dice: "Mi querido amigo. La negociación que tú sabes y la cooperación iniciada hace más de 12 años por nuestra iniciativa conjunta, en ese asunto de máxima importancia para la soberanía, independencia y seguridad de tu país…" Una amistad que costó cientos de miles de vidas. A lo largo de la década de los ochenta el 40% de todas las armas que se salieron de Francia, entre ellas los misiles Exoced, fueron exportadas a Irak. Nadie dijo nada. Nadie dice nada.
Los componentes del armamento químico vendido a Irak con el que se bombardeó a los iraníes y a los civiles kurdos fueron vendidos por Alemania durante la década de los ochenta. Por aquel entonces estaba en el poder de España el PSOE, cuyo gobierno vendió al régimen iraquí únicamente armamento convencional. No era armamento potencial: eran municiones y armas construidas en España y vendidas a Irak por el gobierno. Asimismo, el gobierno del PSOE apoyó la invasión norteamericana de Irak en 1991.
Durante la guerra de 1991 se culpó a EE.UU. de no haber acabo con el régimen ya que suponía un peligro inminente para la estabilidad internacional. Durante la guerra de 2003 se culpó a los EE.UU. de haber acabo con el régimen ya que éste no suponía un peligro inminente para la estabilidad internacional. También se habría criticado a los estadounidenses de haberlo hecho durante la primera guerra, y en el futuro se les habría criticado por no haberlo prevenido ahora. Es la esencia del antiamericanismo. Un peligro en potencia es un peligro inminente. Una bomba de relojería contra la vida, la libertad y la democracia. Según el comunista Joaquín Arriola, Hussein era sólo un peligro para los iraquíes y no para el mundo, por lo que la invasión no debía realizarse. La anexión de Kuwait o de Irán a estas alturas, muy a pesar de lo que diga Arriola, habrían supuesto un peligro sin precedentes a la estabilidad internacional. Una crisis petrolífera en Oriente Medio no conviene a nadie.
La imparcialidad de EE.UU. en el período de entreguerras también es un argumento falso. Durante 1994 y 1995, la CIA junto a disidentes del ejército iraquí, llevaron a cabo una conspiración para derrocar a la dictadura de Hussein a través de un golpe de Estado, que resultó fallido.
Hussein también se lucró con 21.300 millones de dólares provenientes del programa Alimentos por petróleo de la ONU, con dicho dinero se financiaron grupos terroristas como el Frente Popular por la Liberación Palestina y Muyadín Khalq.
El principal proveedor de armamento a Irak durante los ochenta fue la Unión Soviética, que donó un sinfín de cazas Migs y armamento de todo tipo a Irak. Ya desde 1970 había colaborado con la aniquilación de los kurdos. Durante la década de los noventa Rusia fue el casi único vendedor europeo de armamento a Irak, lo cual era algo ilegal que violaba las resoluciones de la ONU tras la guerra de 1991. También China, tercer país vendedor después de Rusia y Francia, así como Portugal, vendieron armas después de la guerra del Golfo. Pocas semanas antes de la guerra de 2003 hubo una crisis diplomática entre Estados Unidos y Rusia porque ésta vendió a Irak armamento y tecnologías de última generación, cuando había sido advertida del desarme meses antes. De hecho, Rusia fue uno de los países que firmó el desarme pacífico del país y al mismo tiempo armaba a Irak.
Cuando se creía que en 2003 Irak no tenía fuerza aérea se encontraron enterrados los nuevos Migs 29 por tropas de EE.UU.
También, en los últimos años, uno de los principales aliados de Hussein fue Hugo Chávez quien en su visita a Irak un par de años antes de la guerra de 2003, subió al Mercedes Benz del dictador, donde mantuvieron una calurosa reunión.
Pero no sólo Venezuela pasa a formar parte de la lista de pequeños aliados del régimen: los gobiernos de Siria, Bulgaria, Bielorrusia, Bosnia, Ucrania y Servia vendieron armas a la dictadura de Saddam Hussein. Mientras que el suministro de ingredientes para la fabricación de armamento proveniente de EE.UU. o Gran Bretaña durante 1984 provino de empresas privadas. Cerca de 80 empresas privadas en todo el planeta vendieron, concientes o sin saberlo, material esencial para la fabricación de armamento químico en el Irak de Hussein.
Misíl ruso de última tegnología vendido a Hussein por el gobierno de Putin poco antes de la invasión de 2003.
Decía Revel que la primera fuerza que rige el mundo es la mentira. En este caso, además, sumémosle la ignorancia, sostén de las masas y muchedumbres, quienes, víctimas del dogmatismo moderno, apoyan con todas sus fuerzas a las dictaduras más sanguinarias que ha vivido la humanidad. Mientras dicen defender resonantes y clamorosas, en un idioma casi medieval, unos ideales que, irónicamente, nunca han existido.

Sunday, May 01, 2005

La Europa socialdemócrata y el liberalismo humanista

Es irónico que una simbólica unión en la diversidad anteponga un sistema económico común para todos, sin vistas a largo plazo. Así, sin más, como quien dice que para ser europeo hay que ser a la vez socialdemócrata: hay que tener, a la postre, tolerancia, o bien paciencia si discrepas en lo mínimo, mucha pasión, para que sea el fin quien justifique los medios y no a la inversa. Y por muy espantoso que suene, hacer la vista gorda de los resultados de la aplicación en el viejo Continente -y en el nuevo y en todos los demás- del sistema que únicamente se basa en la simple y empírica observación del funcionamiento de la realidad.
Crear sistemas que parten de la observación del mundo supera con creces a la idealización de doctrinas que parten nada más que de la razón de un hombre.
La socialdemocracia es una evolución del marxismo hacia el liberalismo para evitar su extinción social. Una evolución casi intransigente en el ámbito europeo, que por ser posterior a la libertad dice ser una perfección de ella. La socialdemocracia no parte del liberalismo: se inicia en el socialismo. Sus defensores pretender hacernos creer lo contrario. Pero la socialdemocracia es una evolución directa del sistema socialista y las razones vienen determinadas por su rotundo fracaso en la aplicación práctica y, por tanto, también en la teoría.
El socialismo evolucionó a un sistema que respeta enormemente más los derechos individuales y las libertades económicas porque se ha demostrado que mientras más libres son las naciones más próspero es el mundo; mientras menos aranceles hay al comercio mayor es la paz en el planeta; mientras más mundializada está la libertad más capacidad de progreso real habrá para todos. Es, al fin y al cabo, admitir con cierta timidez que el Estado debe actuar tan sólo como observador y que el progreso forma parte de todas las personas que conforman las sociedades. No de un planificador distante, gigantesco y predicador que determina nuestras vidas. Y esto es una tendencia que se saca a la luz por sí misma, una tendencia que mueve a las sociedades incondicionalmente hacia la libertad. Pero hay un contrapeso:
El folclore europeo siempre estará ligado a los errores, al posterior arrepentimiento y a comer de nuevo los mismos errores. Eso para lenguajes keynesianos es cultivo de muchedumbres. La masa es la madre creadora de los extremismos, y éstos, los padres de los errores. Al fin y al cabo es una unión en la diversidad en el ámbito racial, cultural y lingüístico. Políticamente sólo tiene una salida, y esta salida es el acobardamiento ante la competitividad y ante el progreso. La historia, muy a pesar del sistema imperante, no miente.

El actual presidente español dice que si la mayoría toma una decisión es porque ésta es la decisión correcta. La misma mayoría absoluta, de 17 millones de personas, que subió a Hitler al poder democráticamente el 5 de marzo de 1933, notándose los resultados poco después; la misma que le dio el poder a Chávez en 1998 y se ven los resultados justamente ahora; la misma mayoría minoritaria que colocó a Allende en el Palacio de la Moneda y en tres años mostró los resultados reales del marxismo. La misma mayoría, -192, precisamente- que colocó al Partido Socialista al mando de España en 2004.

La democracia tiene que estar ligada moralmente a la libertad: son interdependientes. La libertad nos permite a todos por igual participar en el proceso político nacional. La democracia liberal permite que las mismas personas que eligen a sus líderes a través del sufragio universal puedan colaborar en la mejora nacional e internacional con su participación activa en el mercado. El socialismo es, a malas ganas, una supresión de la idea de sociedad. El liberalismo implica más sociedad porque colaboran todos, todos los que lo desean. Incluso quienes no lo desean intervienen directa o indirectamente en las curvas de mercado. Las preferencias son subjetivas: el gobierno democrático nunca antepondrá favoritismo a ningún individuo.
Partimos de un concepto de igualdad de derechos e igualdad de oportunidades, las únicas dos igualdades aceptables en el contexto de la vida humana, porque son las únicas dos igualdades que no entran en conflicto con la libertad de cada uno para tomar sus propias decisiones.
En eso consiste el liberalismo. En que, desde ese punto de partida, todos puedan llegar hasta donde deseen llegar. Y esto sólo depende, como bien diría Ortega, de las circunstancias de vida de cada uno. De su perspectiva del mundo. Esa perspectiva viene determinada por el ámbito personal más allegado a cada individuo y el ámbito global en que este individuo, y los demás con quienes convive y colabora, se desarrollan.
En la sociedad contemporánea actual la voz la tiene quien puede difundir las ideas entre los demás de la manera más rápida posible. Los medios de comunicación suponen un papel fundamental en este aspecto. Una mentira rectificada con posterioridad en un espacio de tiempo reducido, donde se deben tomar decisiones a corto plazo, puede ser catastrófica. Las decisiones de la sociedad vendrán determinadas por la información que tiene ésta sobre la realidad. Es aquí cuando el fin justifica los medios y la moral justifica el fin. También depende de los conocimientos de cada uno y de su capacidad en la toma de decisiones. Por eso, en Venezuela, el gobierno de Chávez decidió emprender una ley que aprobó la censura de las ideas antichavistas y antisocialistas dentro del ámbito informativo del país.
El problema en Europa es que se trata de un continente que tiende al acomodamiento social y esto viene determinado por sus circunstancias históricas. Europa ha sido el conflicto entre el absolutismo reaccionario y el absolutismo revolucionario. La sustitución de Dios por las muchedumbres. Pero siempre dejando a un lado a la libertad, que al despertar es infinitamente más revolucionaria que cualquier anteposición obligatoria de la igualdad. En una democracia, la moral viene determinada por las circunstancias subjetivas, esto es, se armará un concepto global de lo que todos entendemos por moral partiendo de lo que cada individuo entiende como lo moralmente correcto. Occidente viene determinado por las filosofías griegas y las religiones judía y cristiana. La sociedad es actualmente de una manera porque así lo determinaron estas doctrinas sobre cuyas bases hemos vivido. De hecho, una crítica al pensamiento occidental desde una postura occidental vendría también determinada por estas bases. No podemos hacer una exclusión forzosa del modo que tenemos de pensar los occidentales para convertirnos en lo que Nietzsche o Marx pretenden. La moral y la vida se deben adecuar a todos, de ahí viene la igualdad de derechos. A partir de la perspectiva de cada uno se armará una perspectiva global de la moral y esta línea moral sobre la cual nos moveremos todos irá cambiando por sí misma.
El liberalismo se introdujo en Occidente porque se observó que haciendo uso de él las sociedades eran más prósperas y las naciones más ricas, por eso se estableció en nuestro modo de vida y es insustituible. Lo mismo ocurrirá con lo que entendemos por moralmente correcto. Será un proceso de adaptación que vendrá determinado por la evolución del pensamiento de las sociedades.
En este sentido, la idea que tienen ciertos bloques sociales y la iglesia católica, por ejemplo, del matrimonio entre dos personas de un mismo sexo, no será la misma idea que tendrán los mismos bloques dentro de diez o quince años.

La democracia parte también de la moral. Que Hitler hubiera ganado las elecciones democráticamente no significa que fuese la invasión de Europa y el exterminio de los judíos algo democrático. Es igual que la elección democrática de un gobierno socialista/comunista. La sola reducción de las libertades, la expropiación de la propiedad privada, la censura del pensamiento, el bloqueo de ideas, de movimiento, de todo, es contrario a la democracia porque la democracia está ligada a la libertad. La libertad está, a su vez, ligada a la persona, y cualquier acto que supere y atente contra la persona no puede ser democrático. Las democracias populares no son democráticas porque la sociedad no tiene en ellas ni voz ni voto alguno.
Dentro de estos supuestos, Europa está capacitada sobremanera para participar en sociedades con sistemas económicos liberales. De hecho, podría decirse que Europa es uno de los pocos continentes donde la igualdad de derechos y la igualdad de oportunidades se respetan hasta más no poderse. Pero un cambio de sistema económico implica un cambio en la mentalidad de la sociedad. La tarea es triste: gana quien tiene las muchedumbres en su poder. Gana quien tiene los medios de comunicación en su poder. Gana la idea que esté más globalizada, incluso siendo ésta la idea de la antiglobalización. Pero esta tendencia que ha tenido Europa, desde siempre, a sus extremos, se ha desplazado, como he dicho, cada vez más hacia la libertad. Y esto, repito, es un proceso obligatorio de adaptación al medio, que por encima de la humildad, la tolerancia y el talante, hace ver a Europa que mientras más libertad más progreso. Puedo citar algunos ejemplos:

Para 1945 los británicos estaban cansados de la excéntrica y excesiva personalidad de Churchill. A pesar de haber salvado al país y a Europa entera de los nazis, el pueblo, por una razón u otra, decidió que no debía seguir en el poder.
La victoria laborista de 1945 supuso varios cambios en Gran Bretaña: Atlee introduce la populosa economía laborista que comprendió la estatalización del Banco de Inglaterra, de la siderurgia, de la energía y de los transportes. Acompañando esto de un fuerte aumento de impuestos: quiso imponer el más extravagante Estado de Bienestar.
Hubo control de precios, bloqueo de salarios, y claro está, un cordial aumento de la Seguridad Social. La política exterior fue un lamentable fracaso con dudas hacia el ingreso en la OTAN y un apaciguamiento que puso impedimentos, pasadas las puertas de la Guerra Fría, a la adquisición de la bomba nuclear.
La economía cayó inmediatamente y eso conllevó a una victoria conservadora que supuso un largo período de gobierno de este partido (1951-1964). Por el mando pasan Churchill, Eden, MacMillan y Home. Mantienen el plan socialista de hospitales y viviendas, aunque privatizan las tecnologías estatalizadas por los laboristas, la energía, la siderurgia y los transportes. Esa disminución del gasto público permite que se produzca una reducción de impuestos que sirvió como estímulo social sin precedentes.
En 1964 llegan de nuevo los laboristas al poder. Durante estos años los índices de crecimiento económico en todo el mundo son asombrosos y gigantescos pero el Primer Ministro Wilson estataliza la industria, la siderurgia, la energía y los transportes. Inmediatamente aumenta la inflación de forma colosal; se produce una fuerte lucha sindical que conlleva a huelgas laborales y el problema irlandés alcanza su máximo apogeo. Obviamente regresan los conservadores al poder.
En el gobierno de Heath, Gran Bretaña logra ingresar en la Comunidad Económica Europea. De nuevo, se vuelve a privatizar la siderurgia, los transportes, la energía, etc. Pero en 1973 una guerra en Oriente Medio provocó que el precio del petróleo se multiplicara. Esta fue la famosa crisis económica de 1973. En Gran Bretaña hubo inflación y paro.
En algunos lugares se intentan llevar a cabo de nuevo las teorías keynesianas. Keynes decía que la ruina y el paro vienen como consecuencia de la prosperidad. En la crisis de 1929 hubo una disminución de la demanda y la teoría de Keynes consistía, precisamente, en un estímulo por parte del Estado para aumentar la demanda. Mientras haya paro, según Keynes, no habrá inflación.
Al tratar de llevar a cabo de nuevo las teorías keynesianas en 1973, éstas se vinieron abajo, porque además de desempleo hubo inflación: la llamada estanflación. A las economías las salvó la libertad.
Después de un gobierno mixto entre laboristas y conservadores, en 1979, llego Thatcher al poder. Gana la batalla sindical, privatiza empresas, surge un capitalismo popular: bajada de impuestos para estimular el consumo y subir la economía. En Estados Unidos se da el mismo resurgimiento económico con Reagan. Además, las afanosas políticas de apaciguamiento europeo con los países comunistas fueron excluidas por Thatcher. Su labor, y la de muchos otros, logró acabar con el telón de acero sin hacer uso de la fuerza. Fue tal el resultado de la aplicación de la libertad en Gran Bretaña que los posteriores gobiernos laboristas tuvieron que optar por terceras vías más liberales, que si bien han mantenido esta hegemonía económica gracias a la no estatalización, la intervención en las curvas ha producido un aumento del paro.

En España los partidos, desde sus inicios, de tendencia marxista se han desplazado cada vez más a la libertad a lo largo del último siglo. El Partido Comunista renunció al estalinismo en el exilio, tras haber traído dicha doctrina las consecuencias más catastróficas de la República y de la guerra civil. El PSOE, que en 1934 dio un golpe de Estado contra la República, en el exilio fue desplazándose a tendencias más democráticas. Ya en 1974 se optó por la renuncia de del marxismo. El PSOE, desde sus inicios, había sido un partido que basaba su ideología en el Manifiesto Comunista, en la lucha de clases, en la batalla del proletariado. En 1917 participó en el intento de revolución que imitaba a la revolución soviética y mientras el gobierno del Frente Popular estuvo en el poder, colgaban en la Puerta de Alcalá pancartas con la figura de Stalin y vivas a la URSS.
Pero el tema de España es mucho más complejo y no quiero hacer este artículo demasiado largo. Las posturas socialdemócratas del Partido Socialista durante sus cuatro legislaturas después de la instauración de la democracia dejaron un saldo de desempleo del 22%, una economía devastada, una exclusión europea... y más. Actualmente la intervención del ejecutivo socialista es infinitamente inferior que en sus anteriores legislaturas, y eso es, precisamente, porque la libertad situó a España entre las ocho potencias económicas del planeta. No se han vuelto a estatalizar las empresas que se privatizaron durante el gobierno de Aznar porque sería una vuelta atrás. Algo está claro: mientras sigan existiendo los jóvenes y la ignorancia, seguirán existiendo los comunistas. Son interdependientes. Como lo son la democracia y la libertad.

Actualmente Europa se enfrenta a un nuevo reto: el envejecimiento de la población. Si aumenta la población mayor de 65 años hasta un punto en que los activos no puedan mantener a los jubilados con una porción de su sueldo en impuestos, tendrá que disminuir el gasto social de los gobiernos socialdemócratas. Esta tendencia al envejecimiento de la población viene determinada por el aumento de la calidad de vida de los occidentales gracias a los avances en medicina y tecnología. Además de que ha disminuido de forma asombrosa la tasa de natalidad a causa de determinados factores sociales. En este sentido, ante la imposibilidad gubernamental de sostener los gastos de los jubilados, éstos tendrán que acudir a planes de pensión privados y a otro tipo de financiación no proveniente del Estado. Por esta parte, los ancianos están destinados a aniquilar a la socialdemocracia. En el 2008 la población española y europea dejarán de crecer y comenzará a notarse el aumento de la población mayor de 65 años, que ya de por sí es un hecho.
Los socialdemócratas están preparando varias teorías: una que consiste en un estímulo a la población inmigrante para que no descienda la oleada de mano de obra proveniente de Latinoamérica y Europa del Este. Ahora bien, si aumenta el número de ciudadanos en edad escolar y, a su vez, continúan los ancianos aumentando (que continuarán), el Estado se verá imposibilitado además de sostener el gasto de la educación pública, siempre y cuando no aumente de forma impresionante la población inmigrante en edad laboral y que haya suficiente oferta de empleo para todos. Esto vendrá acompañado de todos los efectos secundarios que implica un aumento de la población inmigrante, sobre todo población inmigrante proveniente de países con elevados índices de delincuencia y analfabetismo: bajará el nivel intelectual de los individuos activos y aumentará la delincuencia en el país receptor.
Otro factor que puede intervenir, indudablemente, es la mejora económica de los países emigrantes, como ocurrió en España con la caída del régimen franquista. Nadie sabe qué ocurrirá con la economía latinoamericana en unos años: puede despegar y ojalá sea así por el bien de todos, sin incluir a la socialdemocracia. Lo mismo podrá ocurrir en Europa del Este tras el ingreso, hace un año, en la Unión Europea, de diez países que se verán beneficiados con los fondos de ayuda de la Unión, y el futuro ingreso de tres más. En el caso de que la inmigración africana no mejorara económica y socialmente ya sabríamos qué tipo de mano de obra, tan poco preparada y poco facultada estaríamos recibiendo. Potenciaríamos sectores de la economía que se fortalecieron tan sólo durante los años de autarquía económica en el régimen de Franco.
Según el informe anual del FMI:

Los directores indicaron que persisten algunos problemas relacionados con el envejecimiento de la población y la desaceleración de la expansión de la fuerza laboral que se están convirtiendo en un lastre cada vez mayor para el crecimiento potencial, la sostenibilidad fiscal y el sistema de pensiones. Los directores advirtieron que deberán aplicarse en forma sostenida políticas nacionales con más visión de futuro y reformas estructurales más vigorosas para superar con éxito estas dificultades. Si bien las dificultades experimentadas han inducido a aplicar este tipo de políticas, en particular en el ámbito estructural, el Directorio señaló que es esencial que estas medidas, potencialmente prometedoras, se mantengan una vez que se superen las dificultades. (…) Es necesario aplicar una política fiscal orientada hacia el futuro para mejorar la calidad y asegurar la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas en vista de las posibles presiones fiscales creadas por el envejecimiento de la población. (…) en particular en las tres economías principales, donde casi todas las políticas han tenido un enfoque a corto plazo y los excesos fiscales durante los años de auge han acrecentado las dificultades para mantener el déficit nominal por debajo del tope fijado. (…) El envejecimiento de la población exige que la mayor parte de los países de la zona del euro avance por lo menos hacia un equilibrio básico a mediano plazo. Si lo logran, habría margen para que funcionen los estabilizadores automáticos, y el tope del 3% no sería una limitación absoluta, salvo en circunstancias excepcionales, como prevé el pacto.

La postura más coherente a largo plazo ha de ser la de la privatización de los planes de pensión, amparados por la Constitución Europea. La disminución del intervencionismo estatal debe aplicarse desde ahora para que en el futuro la sostenibilidad de los planes de pensión no implique ningún problema. La socialdemocracia se hace insostenible en el futuro porque tenderemos a incurrir en déficit público -que en algunos lugares ya es un hecho- si no controlamos el gasto gubernamental. Además, una disminución sustancial del gasto público implica una disminución de impuestos y esto sirve como estímulo para potenciar el consumo en la sociedad. Pero esta evasión de posturas de acomodamiento implica un cambio de mentalidad de la sociedad europea, un aumento del sentimiento competitivo y una disminución de los prejuicios de la sociedad occidental. Por eso digo que partiendo de un correcto uso de la igualdad de derechos y de oportunidades Europa puede estar capacitada para convertirse en un auténtico dragón económico. En Estados Unidos hace poco se optó por la privatización de los planes de pensión, con una fuerte contrariedad popular. Y observar los resultados a corto plazo de esta decisión del gobierno republicano puede servir como llave a la coherencia en Europa.
De nuevo voy a la idea de sociedad y democracia. Una democracia social nunca será una democracia completa porque la participación de la sociedad estará limitada. Mientras mejor capacitados estén los europeos para participar en la política de su país, y esto es, participar en el mercado del país, además de poder formar parte del proceso democrático si así lo desean, mayor capacidad de progreso habrá en las sociedades donde se aplique la democracia liberal. Somos seres humanos, somos vida, y todos los avances sociales de tipo positivo se han logrado gracias a nuestro interés de beneficio individual y de cooperación humana del que nos favorecemos todos los que así lo deseamos, sin exclusión alguna. En eso consiste la libertad de mercado.