____ ____ ____ ____ ____ Oliver Laufer: October 2007

Saturday, October 27, 2007

El Proceso: Los 4 pasos

Los liberales venezolanos estamos encaminando un proceso político de mucha importancia en nuestro país. Efectivamente, hay numerosas razones por las que podemos amplificar su importancia: nos posicionamos, por ejemplo, en una corriente que ha sido obviada políticamente en nuestra nación desde 1958, y constitucionalmente desde 1961. Al mismo tiempo, nos apartamos de los terribles errores que la oposición venezolana ha cometido desde 1998.

El primero de estos errores fue no abandonar el socialismo. La izquierda no se opone a la izquierda –en ninguna de sus corrientes- y, consecuentemente, para hacer oposición hay que abandonar las ideas izquierdistas, sean socialdemócratas, comunistas o socialcristianas. Una oposición que no evidencia las flaquezas ideológicas del oficialismo, no es oposición.

Los liberales sí somos oposición y proponemos un plan político para Venezuela completamente opuesto al socialista. Consecuentemente, estamos claros que este proceso será sustancialmente largo, pero también sabemos que si permitimos que la actual “oposición” siga actuando y el Gobierno continúe amplificando la revolución, Venezuela se va a ver sumida en el peor de los escenarios sociales de su historia.

Nuestro plan de vuelo es claro.

1. Divulgación

Razón: llegar a la opinión pública venezolana de una forma nunca antes vista.

La izquierda, siempre que se ha visto imposibilitada a combatir ideológicamente las ideas liberales, ha acudido a la propaganda. Desde siempre los socialistas de todo el mundo han contado con grandísimos propagandistas y difusores.

Decía Hayek que los liberales debemos ser “agitadores”. Para darnos a conocer en Venezuela es necesario, sobre todo, lanzar una profunda campaña propagandística a nivel nacional que explique claramente cuáles son las ideas liberales y qué es lo que proponemos.

Propaganda implica cambiar la matriz de pensamiento de la opinión pública y, obviamente, aumentar de manera colosal seguidores (potenciales multiplicadores) en todo el país.

La propaganda, creemos, debe llegar a todos los barrios, a todos los pueblos y comarcas de la nación venezolana para ser eficaz. Debe ir acompañada de ideas claras y propuestas coherentes. La propaganda debe cautivar, llamar la atención de todos, no puede ser excluyente, ni emotiva. Si explicamos bien en qué consiste el liberalismo, acabaremos con muchos dogmas y prejuicios irracionales que se sustentan en contra de esta corriente de pensamiento.


2. Organización

Al mismo tiempo que divulgamos iremos organizando nuestro movimiento nacionalmente. Delegados, directores y representantes en las ciudades y Estados venezolanos.

Un grave error de los liberales desde siempre ha sido obviar la acción política. Si queremos ser oposición en Venezuela, debemos tener ambiciones políticas claras.

La organización no debe ser sólo territorial sino ideológica. Debemos aprender de nuestros errores del pasado, y debemos aprender de los errores de la actual oposición venezolana.

Las mezcolanzas ideológicas dentro de un movimiento no hacen sino retrasar el proceso político. Todo movimiento político debe tener una clara ideología definida; por eso el chavismo ha llegado tan lejos: mientras su oposición pide democracia y la componen personas de todas las corrientes políticas de la IV República, el Socialismo del Siglo XXI, está muy definido y avanza de manera contundente.

Por eso los liberales, al darnos a conocer, nos convertiríamos poco a poco en la oposición que Venezuela y su propio Gobierno han pedido desde hace tiempo. Una oposición clara en sus ideas, opuesta a los valores del socialismo, pero respetuosa con todos. Una oposición de verdad.

3. El Partido Político

Sin un sólido Partido Liberal, el orden de organización de la ODLV, ni nuestras ideas políticas podrán ser aplicadas. Una Asociación Civil, un Tanque de Pensamiento o una ONG, son absolutamente deficientes para desarrollar eficazmente las labores políticas.

Al mismo tiempo, debemos ir creando líderes políticos que releven a los actuales. Una nueva generación de líderes liberales, con principios y, sobre todo, con ideología política. Que no critiquen a las personas sino al sistema, que no se opongan a estructuras de gobierno tan afanosamente sino a ideologías concretas.

No podrá haber partido si no hay organización nacional, y no podrá haber organización nacional si no hay una eficaz divulgación de nuestra doctrina. En otras palabras, el partido no puede surgir de la nada, sino como consecuencia de nuestras acciones previas.

4. Cargos públicos

Es más importante tener una Asamblea Nacional con mayoría liberal que Alcaldías y Consejos Comunales, pero todos serán, efectivamente, necesarios en el proceso. Los liberales debemos ir a las elecciones y llegar al Congreso. La democracia ha sido el arma política de la actual oposición. Para nosotros, la democracia será el medio por el cual aplicaremos nuestras políticas.

Limitaremos el tamaño del gobierno y del Estado asumiendo una fuerte oposición en la Asamblea Nacional. Derogaremos leyes malas, votaremos en contra de la amplificación del gasto público y en contra del aumento de los impuestos. Votaremos en contra de la limitación a los derechos de vida, propiedad privada y libre emprendimiento.

Al mismo tiempo, propondremos leyes buenas, y un gobierno limitado en sus funciones: seguridad, justicia y obras públicas. Las regiones liberales demostrarían trabajar más eficientemente y los venezolanos tendrían el poder de comparar entre los dos sistemas.

Mientras más cargos públicos asumamos, menor fuerza tendrá el chavismo para actuar políticamente. Y, como consecuencia de esto, habrá más poder para centrarnos en las tres funciones básicas que realmente importan a los venezolanos. Así combatiríamos eficazmente los males a los que se enfrena el país.

Todas nuestras acciones vienen determinadas por dos principios: nuestro amor por Venezuela, y nuestro amor por la Libertad. Sabemos que sin otra oposición no habrá otro gobierno, pero también sabemos que esta oposición debe ser ideológica para triunfar en la contienda política nacional.

Las fórmulas de la IV República han fracasado. Su manera de hacer oposición ha fracasado y los venezolanos los saben. También está muy claro que, en la práctica, lamentablemente el socialismo del Presidente Chávez es un fracaso. En Venezuela hay más inseguridad, más desempleo, peores infraestructuras y menos capitalización, siendo esto sólo el comienzo de la revolución bolivariana…

Y los liberales vamos por el paso número uno.