Delincuencia: así amanece Venezuela

ODLV

La gente ignora, y eso es peligroso, cómo es desde hace algunos años un domingo en Caracas o en cualquier ciudad venezolana. Petare, que antaño fue una ciudad dormitorio peatonable y con mucha vida folclórica, hoy es una de las barriadas más populosas ya acoplada a la zona metropolitana de Caracas. En plena redoma principal tiene un Cristo espectador de todo lo que ocurre.

Por ejemplo, ayer Juan Carlos Belis de 21 años, esperaba el autobús mientras su hermano compraba unas empanadas, y le toco el infortunio de un atraco. Por resistirse Juan recibió varios disparos que le quitaron la vida en el acto.

A Alexis Duarte le vino la muerte con otros aires. Un motorizado le disparó para robarle el vehículo, un Chevrolet Corsa, el cual al final, de hecho, no fue robado. Alexis tenía una pequeña hija de siete años y era electricista.

Danilo José Brito fue asesinado en la barriada José Felix Ribas. Cuenta la prensa que ahí no entra policía alguno pero que hay homicidios a diario.

Pero los más destacados fueron tres jóvenes de 20, 17 y 14 años que fueron acribillados al salir de casa para comprar unas hamburguesas. Aparentemente eran pandilleros y por eso los mataron.

Tan sólo en ese municipio caraqueño de Petare han ocurrido 3.507 homicidios desde el año 2000, con más de 47 asesinatos mensuales. Hay mil funcionarios policiales para los dos millones de habitantes del municipio. Pero eso, lamentablemente, no es todo lo que se ve un domingo.

A Neumar Peña lo mató anoche una bala perdida en la avenida Andrés Bello de Caracas. Había salido a la puerta de su casa como hacía todas las noches, cuando de repente se produjo un enfrentamiento entre la policía metropolitana y una banda de delincuentes.

Su hermana Carolina lloraba en la morgue de Bello Monte, Neumar es el cuarto hermano que pierde en un homicidio. Carolina entre lágrimas se atrevió a decir que "era un joven especial y bueno, ningún malandro. No merecía morir así. En este país nos están matando a tiros y sin ninguna necesidad. Chávez, ¿tú no eres el Presidente?, manda a la policía a los barrios a defender a los venezolanos".

Pero además de Neumar, en la morgue capitalina estaban los cuerpos de otras diez personas que habían sido asesinadas entre el viernes y el sábado. Pero eso no es todo.

La policía asesinó por equivocación a Robert Carvajal, que viajaba con su esposa y su hija de cuatro años en su vehículo, otro Chevrolet Corsa. Le dispararon sin avisar desde la ventana del vehículo policial. Los policías, al percatarse del error, trasladaron a Robert al hospital, donde murió. Casi inmediatamente movieron su vehículo de lugar y dispararon contra los neumáticos para simular un enfrentamiento previo al disparo que le quitó la vida. Pero eso no es todo lo que se ve un domingo.

Un grupo de delincuentes entró en la casa de una familia mirandina y robaron más de 60 millones de bolívares en artefactos eléctricos. Los atracadores contaron con la colaboración, aparentemente, de los guardias de seguridad del edificio, quienes, en la puerta y al mando de un circuito de seguridad cerrado, no vieron nada. Pero a la dueña del apartamento, al ir a la policía a solicitar más información sobre el avance del hurto, se le dijo que dejase de ver la serie de TV, CSI, y que si quería resolver algo iba a tener que dar dinero por adelantado. Pero eso no es todo, obviamente.

La gente del barrio El Estanque, en Coche, salió a la calla a pedir mayor ayuda policial tras la brutal masacre en la que murieron cinco personas hace un par de meses. En la parroquia de Coche hay nueve homicidios mensuales y durante el primer semestre del año se han reportado 54 asesinatos en el área. Así amanece Venezuela un domingo, día de misa, descanso y meditación.

¿Qué proponemos los liberales?

El Estado liberal, su gobierno, es limitado, por lo que las funciones reales del mismo se limitan a seguridad, orden, justicia e infraestructura. Un Gobierno es ineficiente en estos menesteres cuando sus funciones se expanden a otros campos. Cuando el Estado es limitado se puede dedicar mejor a sus funciones, por eso la seguridad al igual que la justicia son funciones esenciales de un sistema de gobierno liberal.

Una policía mejor dotada y mejor remunerada. Actualmente el sueldo típico de un oficial de policía no supera los 800.000 bolívares. Los bajos sueldos crean corrupción, aumento de la criminalidad policial y poca motivación en el trabajo. Cuando las fuerzas de seguridad carecen de los recursos logísticos y armamentísticos necesarios, entonces no pueden enfrentar una criminalidad desorbitada y ceden ante ella. Nuevos equipos, material de última tecnología y sedes provistas de mejores mecanismos que pueden asegurar la ley y el orden, es una propuesta esencial de un gobierno liberal.

Una policía intelectual y moralmente preparada. Cuando los policías cometen crímenes con impunidad y hostigan al ciudadano para que ceda ante el soborno, entonces las funciones policiales no obtienen los resultados esperados y las funciones gubernamentales inducen al parasitismo. Tampoco permitiríamos oficiales sin la educación escolar necesaria. Un gobierno liberal propone policías y agentes de la ley capacitados intelectualmente, con estudios previos, y con una moral digna en su cargo. Proponemos mano dura contra la corrupción policial y mejor capacitación de los funcionarios.

Una justicia pública de calidad. Siendo esta una función esencial del gobierno liberal, entonces los delincuentes pagarían más justamente su condena y cometer delitos sería más difícil. La justicia liberal se centra en la víctima y no en el victimario, por lo que quien comete el crimen debe remunerar a la víctima económicamente. Y con justicia y seguridad de calidad, entonces quien comete el crimen se ve acorralado y se lo piensa mucho antes de intentarlo.

Mayor contacto entre la gente y las instituciones. Los oficiales son empleados públicos al servicio de la sociedad, al igual que los jueces y magistrados: su cliente es la gente, los ciudadanos que anhelan un servicio público de calidad. Un gobierno limitado permitiría mayor contacto entre los funcionarios públicos y el ciudadano medio, y un mejor trato, exquisito, al segundo porque es un cliente del Estado.

Pero Venezuela es un país socialista, por ello la delincuencia no ha dejado de aumentar en las últimas décadas y la impunidad de los criminales es, hasta el día de hoy, absoluta. El primer paso para acabar con la delincuencia es cambiar el sistema por completo, empezar de cero.

El Capitalismo Liberal es la única alternativa eficaz para ello.

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Noticias extraídas del Diario El Universal