____ ____ ____ ____ ____ Oliver Laufer: De Caracas a La Guaira

Wednesday, February 01, 2006

De Caracas a La Guaira

Versión gráfica desde Venezuela en imágenes.

El 14 de enero de 1845, el Presidente Carlos Soublette inauguraba la carretera que unía a La Guaira con la ciudad de Caracas. Había costado más de 70 mil pesos. El viaje comenzaba en la madrugada, y finalizaba, en el mejor de los casos, al día siguiente. Pero a pesar de ello, esa zarandeada carretera era sinónimo de júbilo entre los casi 950 mil venezolanos de la época.

Han pasado 161 años y, aunque parezca mentira, todo sigue igual. Los venezolanos siguen utilizando la misma carretera y si no fuera por la astucia de Henry Ford, tardaríamos lo mismo de hace siglo y medio para llegar al litoral, donde, dicho sea de paso, está el único aeropuerto internacional de gran extensión más cercano a la capital.

Todo sigue igual, sin duda, pero no siempre fue así. En la dictadura de Pérez Jiménez, durante su llamada “revolución vial”, llevó a cabo la rápida construcción de una nueva autopista que conectaría el tráfico de la época con el litoral venezolano. La autopista, un logro de ingeniería único en el continente, fue finalizada en 1955, dos años después del inicio de su construcción. Los venezolanos podían llegar a La Guaira en treinta minutos para el tráfico de la época. Y a pesar de que en la capital se ha multiplicado por diez, llegando a los 900 mil vehículos, la gente seguía, hasta diciembre de 2005, conectando con La Guaira, muchas veces en menos de una hora.

El caos nacional, que ya es algo habitual en Venezuela, se ha multiplicado en los últimos años y mucho más en los últimos meses. No siempre fue así, pero mientras los socialdemócratas y los socialcristianos en el poder se robaban los fondos estatales y convertían a Venezuela en la cuna de la pobreza americana, un golpista nacionalista de lenguaje primitivo, se preparaba en prisión, después de haber mandado a matar a 50 soldados, para convertirse en Presidente de la República. Y lo lograría.

La culpa es de Chávez porque en los siete años que lleva en el poder no ha hecho nada para prevenir el colapso. Y la culpa es de la oposición socialista democrática, porque en 1988, advertidos del colapso de ese mismo viaducto que se viene hoy abajo, no decidieron aprobar las cuatro ofertas alternativas, y aunque decidieron prolongar la vida útil del puente, los fondos desaparecieron, como se dice, misteriosamente.

La culpa es de la oposición socialista, sigamos enfatizando, porque en 1993 rechazaron la propuesta del nuevo viaducto de Tacagua, y por haber rechazado doce propuestas de ocho consorcios distintos.

La culpa es de la oposición socialista porque en 1995, tres consorcios privados ofrecieron sus propuestas, y el Gobierno no aceptó que se cobrara peaje para financiar el mantenimiento de la nueva vía alterna, ni tampoco aceptó las fianzas fuera de los intereses estatales. Y el tercer consorcio, de algún amigo de algún ministro, al obtener su contrato, se las vería unos años más tarde con la intervención del Gobierno de Chávez.

La culpa es de Chávez porque lleva siete años regalando dinero y ocupándose de asfixiar cada día más al sector privado del país. La culpa es de Chávez, porque su nueva propuesta, la nueva vía alterna, ahora es que se está empezando a estudiar, ¡después de casi tres mil días! Una obra, por cierto, de 18 viaductos, un túnel de casi 4 kilómetros y un fantástico paraje vial con exquisitas vistas al mar, que según dice, estará lista en cuatro años.

La culpa es del socialismo proteccionista de los adecos y copeyanos, y del socialismo prehistórico del caudillo revolucionario. La culpa es del Estado elefantista que ha echado por la borda todos los ideales de libertad individual y libertad económica.

A los venezolanos les quedará por algún tiempo más la carretera de 1845, o también la llamada “Vía de los Españoles”, que en tiempos de la colonia española, antes de que Venezuela fuera Venezuela y de que se imaginara la llegada de un tal Bolívar, era la vía que se utilizaba. Y que se utiliza.

Mientras que Chávez, sonriente y coloso, de parranda como dice, cuando logre su afamado objetivo de llegar al año 2030, ya no conduciremos en las carreteras de Soublette, sino que cambiaremos pepitas de plomo por espejitos mientras una pandilla de incompetentes burócratas paranoicos que inventan conspiraciones donde hay hambre, seguirán gritando sin vergüenza alguna que “El Gobierno Bolivariano Avanza”.

1 Comments:

Blogger Christian Perli said...

Definitivamente la carretera de Soublette seguirá siendo por muchos años la vía de acceso al Estado Vargas. Los venezolanos son tan conformistas y tan tolerantes, que viendo como el país retrocede a épocas como la de la colonia todavía se cree que la mentira, el caos, el despilfarro, el populismo y todas las características que se le adjudican a este caudillo del siglo XXI son la mejor vía para vivir sabroso. La propuesta de Chávez al pretender solucionar el problema del viaducto es similar a su gran proyecto del gasoducto que va desde la patagonia hasta Venezuela, el dinero lo hay, incluso alcanza para pagar la deuda externa de este país, pero todo lo que sea recuperar al país de la miseria y el tercer mundismo siempre estará ausente en la mente revolucionaria del siglo XXI.

Siempre hará falta hasta culminar este proceso revolucionario el hambre, la porquería, la oposición, el terrorismo y el imperialismo para justificar lo que hay dentro del país, pero los avances de la revolución son ficticios y hasta lucen como un espejismo, pero la ignorancia siempre es una herramienta fundamental para vencer con las ideas de Bolívar, que probablemente se estará revolcando en la tumba de ver a Venezuela sumergida en el socialismo del siglo XXI.

1:50 AM  

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