____ ____ ____ ____ ____ Oliver Laufer: De Chile, tecnócratas y Chicago Boys

Friday, October 21, 2005

De Chile, tecnócratas y Chicago Boys

La primera vez que visité la casa de la abuelita de mi novia quedé sorprendido de que, a pesar de tratarse de un acogedor apartamento, las vistas a la ciudad de Caracas eran impresionantes. Desde esa famosa urbanización de enormes edificios se tiene una vista total de la capital venezolana. Aunque a veces, por la costumbre, a uno le impacta lo más rudimentario.
Al entrar, me percaté de que había un pequeño monumento de plata, un adorno, sobre la estantería del salón. La curiosidad pudo conmigo y me acerqué al lugar. Al ver el personaje al que se le rendía tributo comencé a sudar, amentaron mis latidos y un sepulcral frío me recorrió la nuca. Pasé de nuevo, disimuladamente, para comprobar que no se trataba de Papá Noel. Y muy a mi pesar, no era Santa Claus quien observaba menguante desde una estantería del pequeño piso de la abuelita de mi novia. Era el mismísimo Karl Marx, en plata, sonriente. Todos se enteraron de mi reacción: me llevé la mano al corazón e intenté coger aire. Mi queridísima novia, al ver mi cara decidió preguntarle a su madre quién era el hombre ese. Ella contestó con el puño izquierdo en alto, con la mirada clavada en mí, sonriendo y con un tono musical: “Carlos Marx, el inventor del marxismo.” De inmediato se metió en la cocina, mientras una voz con el mismo tono resonante y musical repetía en mi interior “y del genocidio, querida suegra. Y del genocidio”.
Me fui a la ventana y no despegué la mirada de los ranchitos (pequeñas chavolas de ladrillos rojos, millones, donde las condiciones de vida rozan la subsistencia). Volteé hacia el monumento y dije “a ver, don Carlos –pregunté señalando a las chabolas- ¿Tiene usted algo que ver con todo esto?”
La figura, por suerte, no contestó, y a mi delirante soliloquio lo interrumpió un pastel de chocolate y la explicación de mi suegra: escaparon de Chile después del terrible golpe de Estado de Pinochet. El abuelito de mi novia había sido presidente del Partido Radical Socialdemócrata, que como comprobé posteriormente, de marxista tan sólo le quedaban las raíces. Y eso, a pesar de algo, justificaba el monumento al hambre que había en aquella estantería. Yo me paseaba sonriente ante don Carlos con mi pedazo de pastel de chocolate –invento pequeño-burgués.- “Mire señor Marx –le dije ya en mis últimas- mientras yo como tarta, los niños de Corea comen ratas, y en Rusia comen MacDonalds”. Esa noche, como era de esperar, tuve pesadillas, pero despertó en mí esa relación tan radical, histórica y social, que hay entre Chile y España. Y cómo dos de las dictaduras más retrógradas y antihumanas que habían existido, nacidas a consecuencia del socialismo, gracias al liberalismo se habían convertido en democracias en las que se respetaban las libertades.

España durante el franquismo y la apertura económica. (Guarda similitudes con el modelo chileno).
Dos de las principales bases ideológicas del franquismo fueron el anticomunismo y el antiliberalismo. El régimen se declaraba antiliberal y anticomunista porque el comunismo se enfrentaba en su totalidad con los ideales cristianos, y el liberalismo nunca había sido una doctrina típica española: se trataba de un sistema individualista, contrario al legado histórico y tradicional del país.
La ruptura con la doctrina comunista y la ideología liberal, se basaba en esa unión retrógrada que había creado el régimen entre la iglesia y el Estado, como respuesta al anti-catolicismo republicano, en el caso del anticomunismo, y la incompatibilidad que había entre el nacionalismo, el imperialismo y el supuesto legado histórico español con el liberalismo. La exclusión internacional y la doctrina del régimen obligaron a España a convertirse en un país autárquico, en uno de los países más reaccionarios e insignificantes de Europa. Se reconocían ciertas libertades individuales pero subordinadas al interés de la patria. El régimen quería demostrar su “sensibilidad nacional” con los derechos sociales y ayudas estatales que sumergieron a España en una pobreza más honda. Pero a finales de los cincuenta, se decidió colocar en el ejecutivo a un grupo de personajes, supuestamente sin ideología, que llevaron a cabo un determinado número de reformas que desencadenaron en una apertura de España al mundo después de casi veinte años aislada. Aunque lamentablemente, faltarían casi otros veinte para que la dictadura llegase a su fin. Los llamados tecnócratas decidieron llevar a cabo medidas liberales en la España de la época. Una apertura socioeconómica sin igual, la liberalización de algunas empresas en uno de los regímenes económicamente más socialistas de Europa.
Al ser un régimen anticomunista, EE.UU. tenía un aliado estratégico en Europa. Aumentó la inversión extranjera en el país. Ocurrió lo que hoy pasa en muchos países del hemisferio sur. Al poseer una mano de obra mucho más baratas que todas las demás, las distintas fábricas y multinacionales se retrasladaron a España. El empleo aumentó vertiginosamente. Al mismo tiempo, los emigrantes empezaron a mandar dinero desde el exterior. Se produjo un éxodo rural y la renta per cápita española aumentó. Pasó de ser una dictadura retrógrada, intervencionista y reaccionaria, a convertirse en una nación con el ojo puesto en la democracia.
La oposición en el exilio (partido comunista, demócratas y sindicatos) se puso manos a la obra. Los españoles comenzaron a viajar, y a su vez, aumentó el turismo dentro de España. Fue una revolución industrial, de alto corte liberal. Pero mientras en España se preparaba la apertura a la democracia, en Chile se instauraba democráticamente un régimen socialista de inclinación marxista, que en tres años llevó al país a la banca rota.

Chile, del socialismo a la realidad.
La llegada al poder de Allende, el antisemita, con el Frente Popular, no fue del todo democrática. Obtuvo tan sólo un 36 por cien de los votos, mientas que el PN obtuvo un 35 y la democracia cristiana un 28 por cien. Eso significaba que el 68 por cien de la población chilena no quería a Allende en el poder. Es lo que he llamado en otras oportunidades “Democracia como arma contra la democracia”. Ese 36 por cien de los votos se obtuvieron gracias a la unión de seis partidos políticos, entre ellos el Radical.

En Chile se produjo una hiperinflación de cuatro dígitos que derivó en una cada vez más grotesca intervención estatal. Se aceptó la intervención de una milicia paralela al ejército, con miembros checos, de Corea del Norte y de Cuba, quienes intervendrían por la fuerza en propiedades privadas y se prepararían para combatir en la tan esperada guerra civil. Se comenzaron a establecer precios y el Estado comenzó a marcar el ritmo de la producción. Paralelamente, intervinieron en su totalidad a las empresas privadas, y las arcas estatales pasaron a sostener insuficientemente los sueldos mientras que a su vez aumentaba el número de desempleados. Los bienes más básicos comenzaron a escasear, ya que el Estado había sido incapaz de administrar las empresas expropiadas, y a consecuencia de esto, la producción cayó por los suelos y la cantidad de bienes también.
Posteriormente se produjo el golpe de Estado, se estableció la dictadura y comenzó otro largo período negro, que se prolongaría por casi dos décadas.

La dictadura de Pinochet, para no verse obligada a sumergirse en un sistema económico incompetente hartamente conocido por los chilenos, decidió recibir ayuda de los economistas de la escuela de Chicago, los llamados Chicago Boys.
La dictadura se convirtió en una de las más sanguinarias de América Latina. Acabó con la vida de poco más de tres mil personas y otras miles fueron salvajemente torturadas, quedándoles secuelas de por vida. Pero las reformas económicas a las que se vio obligado a acudir al final de su mandato salvaron a Chile de la banca rota, del hambre y del intervencionismo elefantista.
La izquierda chilena, durante el posterior establecimiento de la democracia (derivado de la apertura a las libertades que supuso la reforma económica y social), decidió relacionar al régimen con el liberalismo y convertirlos en idearios interdependientes. Un error al que también acudió la izquierda española para matar a dos pájaros de un solo tiro. Relacionar al liberalismo con el fascismo era la salida más sencilla, ante tan lamentable batalla ideológica.
Pero como bien se ha manifestado anteriormente, poco tiene que ver la apertura económica, la liberalización de empresas, la ampliación de las libertades individuales y la reforma de las pensiones con las persecuciones políticas y el genocidio, independientemente de su escala. Para establecer un sistema económico liberal no es necesario el uso de la fuerza, aunque para que se mantenga con vida un régimen político despótico son necesarios los sistemas económicos liberales. Y para prevenir la extinción teórica de la izquierda es necesario trasladarse hacia sistemas económicos mucho menos intervencionistas. Más democracia, más libertad, menos dictaduras y menos uso de la fuerza. A diferencia de un sistema liberal, para establecer un sistema socialista es necesaria una policía política y aplicar el uso de la fuerza para intervenir y privar la libertad.
La reforma de las pensiones llevada a cabo por los economistas de Chicago, ha convertido al modelo chileno de pensiones en uno de los mejores del mundo, si no el mejor. Los beneficios han sido mucho mejores para los particulares, han disminuidos impuestos, por lo que las riquezas se han mantenido en manos de las personas para su consumo propio. Al erradicar el impuesto, aumentan los sueldos y el PIB nacional aumenta cada año descomunalmente.

Las doctrinas han cambiado. Muchas se han visto obligadas a cambiar.
El PSOE en sus inicios fue un partido de inclinación marxista, cuyos miembros defendían el Manifiesto Comunista, la lucha de clases, la dictadura del proletariado y la intervención de la propiedad privada. Hoy es conocido como uno de los partidos más democráticos de España. Acepta la autonomía individual hasta cierto punto, acepta la propiedad privada, la iniciativa intelectual e incluso la libertad de expresión.
El Partido Radical Chileno que en 1971 decía que "es socialista y su lucha se encuentra dirigida a la construcción de una sociedad socialista. Aceptamos el materialismo histórico y la idea de la lucha de clases como medios para interpretar la realidad".
Hoy dice
en su declaración de principios que es “un partido reformista y progresista, que no participa de la violencia ni de los métodos no pacíficos (...) convencido que la realización integral del ser humano sólo puede alcanzarse en un sistema democrático, con real vigencia de las libertades públicas y observancia al Estado de Derecho. Un partido de representación social amplia, (…). Un partido que propicia el establecimiento de una sociedad justa y pacífica, que configure un Estado de Derecho social y democrático. (...) Un partido que cree en la libertad económica y en la iniciativa privada y que reconoce la importancia del mercado como asignador de recursos, pero con el mismo énfasis sostiene que el Estado debe cumplir un rol activo y regulador, eficiente y responsable en la promoción y garantía de los equilibrios sociales.

Y aunque la historia lo diga y lo repita, y los que pensaban de algún modo se trasladaron a ese terrible otro modo, continuará existiendo anhelo de socialismo, un terrible odio a la libertad y un profundo temor a la democracia. Así como pequeños monumentos de plata de algún que otro genocida, en alguna que otra estantería de alguna que otra abuelita. Muy a pesar de lo que diga la historia. Y muy a pesar de mi vida amorosa.

5 Comments:

Anonymous Anonymous said...

"La dictadura se convirtió en una de las más sanguinarias de América Latina. Acabó con la vida de poco más de tres mil personas y otras miles fueron salvajemente torturadas, quedándoles secuelas de por vida".

Cualquier dictadura fue más sanguinaria. Revisa un poco, hombre...

9:43 PM  
Blogger Oliver Laufer said...

¿En América Latina?
El régimen de Chávez, que no es dictadura, ha matado a 7.500 en la mitad de tiempo que Pinochet mató a 3.000. Pero esas tres mil muertes no se justifican porque las haya habido peores.

9:49 PM  
Blogger Oliver Laufer said...

El recuento es escalofriante:

Bolivia - 70 desaparecidos.

Brasil - 135 muertos.

Chile - 3.400 fusilamientos. 33.221 personas detenidas por el régimen y 27.255 vícimas oficiales de tortura.

Venezuela - régimen actual: 6.127 fusilamientos extrajudiciales. 70.000 asesinatos impunes por la delincuencia común. 50 bajas en el golpe de Estado contra la democracia en 1992.

Argentina - 30.000 asesinados. El doble de torturas.

Perú - 30.000 asesinatos, 5.000 desaparecidos.

El Salvador - 75.000 muertos

Guatemala - ¡200.000 muertos!

10:17 PM  
Anonymous Anonymous said...

Hombre, entiendo que la burbuja ideológica te lleve a leer lo que quieres leer, pero la cantidad de "imprecisiones" de que haces gala, en referencia al tema de las afps, es apabullante. No voy a gastar tiempo en tu panfleto (disculpa que lo llame así, pero es lo que es, un panfleto neoconservador sin ninguna rigurosidad), solo quisiera pedirte que tomes conocimiento de los temas que tratas.

Breve; El sistema privado de previsión está en crisis, TODOS los candidatos presidenciales (incluido UN CHICAGO BOY, y otro antiguo promotor del sistema) reconocieron las profundas grietas del modelo y prometieron reforma con el objeto de hacerlo "justo", "equitativo", "solidario" (profundamente egoista, el modelo de las AFPs tiene consecuencias macabras en un país pobre y desigual como es chile) y "transparente" (las palabras entre comillas no son de ninguna organización izquierdosa, si no de los mismos presidenciables).
Se estima que el 50% de la población economicamente activa de chile (recurro a una cifra en la que insisten los propios candidatos)
NO alcanzará a percibir la PENSIÓN MINIMA al momento de jubilarse.

Con un 20% de comisión, bajisima rentabilidad para los afiliados, concentración del servicio (3 holdings tienen el 80% del mercado), NINGúN mecanismo de decisión en referencia a los propios ahorros, aportaciones estatales constantes, y un SEGUNDO FONDO de ahorro voluntario, actualmente implementado por todos los operadores, como salvavidas del primero (las cotizaciones no permiten tener una vejez digna, así que te "invitan" a invertir en otra cuenta, más allá del porcentaje legal con que los mismos chicago boys, aseguraban, podriamos tener beneficios mucho mejores que en el antiguo sistema.) el modelo de "capitalización individual", ese que hoy todos llaman ESTAFA porque mañana no podrá asegurar aquello para lo que se supone fue creado, es un gran negocio para sus dueños (el negocio del siglo, consigues enormes prestamos de capital, a larguisimo plazo y cobras por ello.)

Es impresionante como vuela la gente, defendiendo y ejemplificando con cosas de las que simplemente no conoce. Menos Hayek y redliberal amiguito y más lectura crítica, que su artículo me evoca los textos parcelados y desconectados de la realidad del Granma.
chao!

7:47 AM  
Blogger Oliver Laufer said...

Eres tan demagogo que te dedico una anotación.
¡Chao!

9:22 PM  

Post a Comment

<< Home