Parcialidad política en las aulas
No sé como era la parcialidad política en las aulas de los institutos públicos hace diez o quince años, pero la influencia que ésta ejerce en la actualidad es asombrosa, y los docentes, una gran parte de ellos, lejos de neutralizarse y mostrar la realidad objetiva de la cosas, hacen de las aulas un auténtico campo de batalla político. No existen las disputas: en esta guerra el que no piensa igual que los demás debe callar y evitar simples malas caras que podrían desembocar en malos resultados, y a eso, sumarle el odio de todos los que te rodean por discrepar con una mayoría de defensores de lo imposible.
Sé que es arriesgado afirmar lo que hoy digo, pero trataré, como siempre, de ser lo más objetivo posible. Creo que soy el blogger más joven de toda la Red Liberal, no lo sé. Sí sé que soy uno de los pocos que vive la política de las aulas en primera persona, además sé que soy uno de los pocos alumnos de centros públicos que se muestra contrario a que dentro de los colegios estatales se difundan las ideas socialistas y el antiamericanismo por doquier. No se trata únicamente de defender mi doctrina. Se trata, más bien, de que cada alumno español pueda pensar por sí mismo, ilustrarse políticamente por sí mismo si así desea hacerlo, y obviamente, aprender las cosas reales, tal y como son. No es imparcialidad propiamente dicha, es realidad objetiva, fundamental en cualquiera de las asignaturas que se estudie.
La educación pública española goza de excelentes profesores. Son muchos los que no respetan la imparcialidad política en su clase, pero también hay una gran mayoría de docentes que saben mantenerse alejados de la defensa de sus ideologías políticas, cualesquiera que sean, y saben enseñar mostrando los hechos como realmente son.
Aquí, en la parcialidad, se juega con el futuro y se atenta contra los conocimientos. Cuando hay una alteración de la realidad para defender un adoctrinamiento, los alumnos aprenderán exactamente lo que el profesor enseña, y esa será la preparación que tendrán para el futuro, como ciudadanos. Esa será también su visión de la realidad, y de ahí, si no existe una autodidáctica individual como tal, dicha enseñanza podría ser utilizada para formar su adoctrinamiento político y participar en el proceso democrático votando por lo que realmente cree correcto. Antes de eso vienen las contradicciones. Utilizaré acontecimientos personales siempre, que he presenciado en primera persona.
Se dio el caso, en una oportunidad, en el que dos profesores de distintas asignaturas decidieron, por separado y sin saber el uno del otro, explicar un mismo acontecimiento histórico, en una misma semana y a una misma clase. El primero, profesor de lengua castellana e historiador, afirmó que durante la llamada semana trágica de 1917 en Barcelona, el Partido Socialista y los sindicatos utilizaron la excusa de la guerra de Marruecos, que ya llevaba varios años siendo excusa, para atentar contra la democracia e intentar una revolución, imitando a la soviética, en la que se instauraría una república popular con un régimen marxista en el poder de haberse logrado. El segundo profesor, en este caso profesor de historia, argumentó que únicamente se trataba de una revolución pacífica, ya que el proletariado español era cada día más fuerte. El trato que a éstos les había dado el liberalismo económico de Adam Smith había sido de explotación y de miseria, y dicha revolución simplemente pretendía adelantar elecciones en las Cortes Constituyentes. Es probable que la gran mayoría de los alumnos ni se percataran de esta contradicción entre ambos docentes, pero los que lo hicieron ¿qué debían creer entonces?
En otra oportunidad, estaba tratando de explicarle a una compañera de clases que el liberalismo y el fascismo no son lo mismo, cuestión que ella se negaba a aceptar, ya que el liberalismo es capitalismo, el capitalismo es la derecha y el fascismo también es derecha, por lo que, según ella, el fascismo y el liberalismo son la misma cosa. En ese momento entró un profesor de historia del arte y, tras escuchar la disputa defendió mi argumento, pero zanjó diciéndome que “si vivieras en Estados Unidos habrías votado por Bush y resulta que Bush sí es un fascista. Así que en ese caso sí serías fascista.” A la semana siguiente el mismo profesor dijo en una clase de arte que Aznar era un imbécil por señalar que sufrimos el terrorismo islámico desde hace siete siglos, cuestión que todos los alumnos, o casi todos, le aplaudieron.
Se da el caso del profesor que, cuando habla de lo cotidiano, saca a relucir las diferencias entre europeos y americanos, siempre con una vil crítica al modo de vida estadounidense. Una vez vi en el Telediario el caso de un docente que defendía Nacional Socialismo Alemán en sus clases de historia, y sus alumnos decidieron poner una queja en la dirección del centro de la que se enteró España entera.
Uno de los que más me impresionó fue un profesor de matemáticas que, explicando una simple curva de Gauss de un país concreto, decidió tomar como ejemplo la de Irak, dijo que si las riquezas que tiene no existieran y éstas no estuvieran desplazadas a una única minoría, “los americanos no habrían hecho la guerra que hicieron, matando a todos los inocentes que mataron”. O el profesor de Informática que dice que en su clase no quiere ni ver una bandera de España, o el suplente que lleva un pin de UGT.
Impresionante también el de economía, que defendía con dedicación los impuestos progresivos, ya que, según él, es más justo que los que tienen le den a los que no tienen, y no al revés. Además, decía que si no fuera por Keynes, los Estados Unidos nunca se habría salvado de la crisis económica de 1929, y cuando hablaba de sus banqueros españoles favoritos -no está de más decir quién,- soltaba que “además de socialista no sé yo cuál otra virtud tiene ese hombre”. Recuerdo que nos explicaba como subir desde español a la categoría de catalán. Pero siempre hacía apología de su imparcialidad, cuestión que hasta los más ignorantes y los más socialistas le reían.
Más doloroso puede ser que una profesora de Geografía española, preparando a sus alumnos para la selectividad, pida que si se exige hablar en la PAU sobre el crecimiento agrario-económico español durante el siglo XX, no se utilice el término “Franquismo”, sino que, para evitar problemas, coloquemos las fechas 1940-1975, porque “muchas veces a los profesores nos cuesta afrontar algunas cosas”, y mejor es caer bien durante la corrección de la prueba que perder puntos por nada. Mucho más si se hace en la Complutense, digo yo.
Son incontables los casos de profesores de la institución pública que utilizan la política en su clase para defender una doctrina. Son muchísimos los que lo hacen para defender el socialismo. Los alumnos se lo aplauden, muchos ni siquiera se enteran. Pero quienes quieren mantenerse distantes, quienes quieren moldearse de la realidad y no de los sueños, pasan la mitad del día en un auténtico territorio ajeno, donde la voz y el voto se guardan para un futuro.
Sé que es arriesgado afirmar lo que hoy digo, pero trataré, como siempre, de ser lo más objetivo posible. Creo que soy el blogger más joven de toda la Red Liberal, no lo sé. Sí sé que soy uno de los pocos que vive la política de las aulas en primera persona, además sé que soy uno de los pocos alumnos de centros públicos que se muestra contrario a que dentro de los colegios estatales se difundan las ideas socialistas y el antiamericanismo por doquier. No se trata únicamente de defender mi doctrina. Se trata, más bien, de que cada alumno español pueda pensar por sí mismo, ilustrarse políticamente por sí mismo si así desea hacerlo, y obviamente, aprender las cosas reales, tal y como son. No es imparcialidad propiamente dicha, es realidad objetiva, fundamental en cualquiera de las asignaturas que se estudie.
La educación pública española goza de excelentes profesores. Son muchos los que no respetan la imparcialidad política en su clase, pero también hay una gran mayoría de docentes que saben mantenerse alejados de la defensa de sus ideologías políticas, cualesquiera que sean, y saben enseñar mostrando los hechos como realmente son.
Aquí, en la parcialidad, se juega con el futuro y se atenta contra los conocimientos. Cuando hay una alteración de la realidad para defender un adoctrinamiento, los alumnos aprenderán exactamente lo que el profesor enseña, y esa será la preparación que tendrán para el futuro, como ciudadanos. Esa será también su visión de la realidad, y de ahí, si no existe una autodidáctica individual como tal, dicha enseñanza podría ser utilizada para formar su adoctrinamiento político y participar en el proceso democrático votando por lo que realmente cree correcto. Antes de eso vienen las contradicciones. Utilizaré acontecimientos personales siempre, que he presenciado en primera persona.
Se dio el caso, en una oportunidad, en el que dos profesores de distintas asignaturas decidieron, por separado y sin saber el uno del otro, explicar un mismo acontecimiento histórico, en una misma semana y a una misma clase. El primero, profesor de lengua castellana e historiador, afirmó que durante la llamada semana trágica de 1917 en Barcelona, el Partido Socialista y los sindicatos utilizaron la excusa de la guerra de Marruecos, que ya llevaba varios años siendo excusa, para atentar contra la democracia e intentar una revolución, imitando a la soviética, en la que se instauraría una república popular con un régimen marxista en el poder de haberse logrado. El segundo profesor, en este caso profesor de historia, argumentó que únicamente se trataba de una revolución pacífica, ya que el proletariado español era cada día más fuerte. El trato que a éstos les había dado el liberalismo económico de Adam Smith había sido de explotación y de miseria, y dicha revolución simplemente pretendía adelantar elecciones en las Cortes Constituyentes. Es probable que la gran mayoría de los alumnos ni se percataran de esta contradicción entre ambos docentes, pero los que lo hicieron ¿qué debían creer entonces?
En otra oportunidad, estaba tratando de explicarle a una compañera de clases que el liberalismo y el fascismo no son lo mismo, cuestión que ella se negaba a aceptar, ya que el liberalismo es capitalismo, el capitalismo es la derecha y el fascismo también es derecha, por lo que, según ella, el fascismo y el liberalismo son la misma cosa. En ese momento entró un profesor de historia del arte y, tras escuchar la disputa defendió mi argumento, pero zanjó diciéndome que “si vivieras en Estados Unidos habrías votado por Bush y resulta que Bush sí es un fascista. Así que en ese caso sí serías fascista.” A la semana siguiente el mismo profesor dijo en una clase de arte que Aznar era un imbécil por señalar que sufrimos el terrorismo islámico desde hace siete siglos, cuestión que todos los alumnos, o casi todos, le aplaudieron.
Se da el caso del profesor que, cuando habla de lo cotidiano, saca a relucir las diferencias entre europeos y americanos, siempre con una vil crítica al modo de vida estadounidense. Una vez vi en el Telediario el caso de un docente que defendía Nacional Socialismo Alemán en sus clases de historia, y sus alumnos decidieron poner una queja en la dirección del centro de la que se enteró España entera.
Uno de los que más me impresionó fue un profesor de matemáticas que, explicando una simple curva de Gauss de un país concreto, decidió tomar como ejemplo la de Irak, dijo que si las riquezas que tiene no existieran y éstas no estuvieran desplazadas a una única minoría, “los americanos no habrían hecho la guerra que hicieron, matando a todos los inocentes que mataron”. O el profesor de Informática que dice que en su clase no quiere ni ver una bandera de España, o el suplente que lleva un pin de UGT.
Impresionante también el de economía, que defendía con dedicación los impuestos progresivos, ya que, según él, es más justo que los que tienen le den a los que no tienen, y no al revés. Además, decía que si no fuera por Keynes, los Estados Unidos nunca se habría salvado de la crisis económica de 1929, y cuando hablaba de sus banqueros españoles favoritos -no está de más decir quién,- soltaba que “además de socialista no sé yo cuál otra virtud tiene ese hombre”. Recuerdo que nos explicaba como subir desde español a la categoría de catalán. Pero siempre hacía apología de su imparcialidad, cuestión que hasta los más ignorantes y los más socialistas le reían.
Más doloroso puede ser que una profesora de Geografía española, preparando a sus alumnos para la selectividad, pida que si se exige hablar en la PAU sobre el crecimiento agrario-económico español durante el siglo XX, no se utilice el término “Franquismo”, sino que, para evitar problemas, coloquemos las fechas 1940-1975, porque “muchas veces a los profesores nos cuesta afrontar algunas cosas”, y mejor es caer bien durante la corrección de la prueba que perder puntos por nada. Mucho más si se hace en la Complutense, digo yo.
Son incontables los casos de profesores de la institución pública que utilizan la política en su clase para defender una doctrina. Son muchísimos los que lo hacen para defender el socialismo. Los alumnos se lo aplauden, muchos ni siquiera se enteran. Pero quienes quieren mantenerse distantes, quienes quieren moldearse de la realidad y no de los sueños, pasan la mitad del día en un auténtico territorio ajeno, donde la voz y el voto se guardan para un futuro.
12 Comments:
Te lo has debido pasar de lo lindo en el Instituto, Oliver. Yo también estudié en un Instituto, hace siglos, pero entonces no me daba cuenta de la homogeneidad ideológica que ya se anunciaba por entonces. Hoy día debe de ser más acusada; al menos, así me parece, teniendo en cuenta mis alumnos de segundo de carrera (en la Complutense, también). Ni te digo lo rarito que es uno entre el profesorado de mi facultad. Ánimo, que siempre se encuentra algún afín escondido por algún rincón de alguna biblioteca.
Enhorabuena por tener coraje para ir contra corriente, tienes todo mi apoyo moral, yo el año pasado al hacer selectividad decidi, por mi propia salud (como me recomendo el medico), irme los mas lejos posible, a la facultad de matematicas. Pero aun asi las camisetas del che y las banderas comunistas (pero no se han enterado que el muro cayo hace ya 16 años!!) te siguen a todas partes, yo ya lo di por imposible.
De todas formas, yo por lo menos, los peores momentos los pase en filosofia e historia, la pseudo-explicacion de las crisis economicas de felipe II fue toda una odisea, por no hablar de la gran revolucion francesa (la de la guillotina democratica), y el cuento fascista de los padres fundadores. (Veridico, una compañera mia llamo fascista, explotador a Thomas Jefferson)
Y ya el tema de la guerra civil es para retirarse a un monasterio y dedicarse de por vida a plantar nabos...
Suerte...
Hmmm.... os apuntais a montar un blog tipo elobservador pero sobre los libros de la LOGSE?
Humm, todo lo que comentáis nos es conocido a todos. Os traslado mi experiencia.
Supongo que todos hemos sido objeto de manipulación y todos en el mismo sentido: el pensamiento único dominante es el de la izquierda, esto es, el rechazo al liberalismo, al progreso económico, al capitalismo, la pasión más o menos disimulada por el comunismo y en todo caso, por el estatisto, antiamericanismo, discursos sobre los derechos y la discriminación positiva, etc.
Eso lo hemos padecido todos.
Algunos incluso, en el entorno de los 20 años, participamos de esos valores. ¿La manipulación? ¿la edad? ¿alguna hormona que excita moralmente a esa edad? No lo sé.
Me dáis envidia los que ahora estáis en instituto o empezando la universidad y sostenéis ideas distintas a las del pensamiento dominante. Yo entonces estaba en el redil de la izquierda bienpensante.
Ahora bien, también me precio de haber tenido el valor o la inteligencia suficiente para revisar mis propios planteamientos morales y mi visión del mundo. Eso que algunos desprecian (te acusan de calzonazos, revisionista o chaquetero) ofrece una perspectiva moral de la que otros, que siempre han vivido bajo la inspiración del pensamiento único izquierdista, carecen.
Os animo al observatorio de los libros, pero no sólo de ESO, sino también de la Uni, donde como se ha comentado la parcialidad se agrava. Me ofrezco a colaborar con los de la Universidad que son los que conozco. Creo que sería bueno hacerlo porque incluir esa información en Internet es un medio de ir desmontando ese discurso. Internet es un medio muy potente y hoy por hoy es el único medio auténticamente alternativo al pensamiento dominante. Si dejamos pasar esta baza y las mentiras oficiales se convierten en verdades a los ojos de todos habremos perdido definitivamente la batalla de las ideas lo que significa perder la guerra.
Todo eso es absolutamente lógico. Aparte de algunas personas excepcionales, ¿ que esperais de unos pedagogos y docentes que basan su vida en adquirir un puesto de funcionario, trabajando para el estado?. Que idea pueden tener del mercado? Pues muy sencillo: la de un medio dominado por el salvajismo que es inseguro que donde no se domina, se es dominado. Los que trabajan para el estado tienen un miedo continuo a perder la seguridad y que puedan caer en el frio mundo exterior del capitalismo salvaje, mundo en el que nunca han estado o han fracasado.
A donde pueden ir sus pensamientos? al estatalismo mas absoluto: el fascismo y/0 el socialismo, sin que tengan por que excluirse ambos. Depende del que mande. el caso es barrer para el Estado.
Tengo clarísimo que la instauración en el siglo XX de la enseñanza pública tuvo que ver de forma determinante con los crímes politicos de este siglo, empezando por los del fascismo y socialismo.
El problema es que, si no acabamos con la enseñanza pública, ésta puede acabar con Europa y precipitar otra vez lo mismo. esta vez con la bandera del multiculturalismo, el progresismo y el ecologismo.
yo ya dije que me apunto, ahora te mando un mail y hablamos cucais.
El adoctrinamiento socialista-comunista no es ninguna novedad, yo soy mayorcita --estudie en la época supertardofranquista-- y puedo asegurar que el adoctrinamiento socialista-comunista era la regla general,y no sólo en esa época, sino, por lo que he podido hablar con otr@s amig@s, incluso desde el año 1960. Por eso puedo decirte que, aunque parezca mentira, en estos momentos existe mas libertad de opinión, por lo menos en la Univesidad donde soy profesora.
Un comienzo, modesto eso sí, en la tarea de revelar el enorme sesgo de los libros de texto de secundaria, lo podéis encontrar en el libro de Manuel Jesús González, "El empresario y la economía de mercado" publicado por el Círculo de Empresarios en el año 2003. Desgraciadamente, está agotado y los del Círculo todavía no se han molestado en ponerlo en pdf (menudos "empresarios").
Yo estudié Biología y, dadas las actuales circunstancias laborales, y la altísima nota que se exige, la mayoría de alumnos no daban el perfil reivindicativo clásico, sino que eran unos trepas de cuidado dispuestos a pisarte y restregarte por el suelo para llevarse una décima más que tu. Pero había la típica chachipandi, que tocaban los bongos en el aparcamiento, jugaban con el diábolo con música de Manu Chao, cogían apuntes en clase traduciendolos al bable... y se pasaban la vida reivindicando gilipolleces, por ejemplo que se retiraran los números clausus para que todo el mundo pudiera estudiar lo que le diera la gana y realizara su vocación. Y el Decana, un señor muy cabal, le dijo que eso no era un centro social y que allí no estaba uno para alimentar su ego y su espíritu, sino para estudiar y emplear su formación en trabajar. Y para eso ya sobrábamos el 90%
Otro día me poso del autobús y veo una pancarta de NO A LA GUERRA como un templo en las columnas de la entrada. Claro, hasta que llegó de nuevo el Decano y la retiró y les dio el toque diciendo que a la próxima les abría expediente y que si se querían expresar que se pusieran una chapa. Gracias a Dios, en mi facultad aunque en teoría es la más Hippie de las Ciencias, en cuento a profesores nunca he dado con adoctrinadores.
Pero mi hermano en la ESO... viene espantado de lo que oye todos los dias en clase y está etiquetado de facha junto con su amigo por parte del resto de alumnos y de muchos profesores que se lo sueltan a la cara sin el menor pudor. Solamente por decir que a partir del año que viene que cumple los 18 va a votar al PP, igual que hacemos su familia. Por suerte, intelectualmente es un chico muy maduro y piensa perfectamente por sí mismo, además de ser muy inteligente (y no es porque sea su hermana, je, je)y no solo no le influyen los comentarios, sino que no le importa lo más mínimo manifestar sus ideas cada vez que hace falta.
En cambio tiene compañeros que van a clase cubiertos de pegatinas de IU o de sindicatos y nunca ha escuchado una mala palabra para ellos. Qué cosas. Y la de veces que ha oido a los profesores decir disparates contra Aznar, ni se cuentan
- Asturina -
Yo creo que todos hemos tenido profes progres. Dificil es que salgan liberales en un país acomplejado por el pensamiento único. De todas formas siempre hay tiempo para "convertir" a gente. Yo recuerdo que cuando estudiaba EGB participé en un debate en contra de la OTAN. Necesitamos referentes liberales y este magnífico blog es uno de ellos. Felicidades por el post.
Ah!, que tiempos aquellos... La cantidad de veces que me echaron de clase despues del "niña, deja de dar la lata". Mi mejor recuerdo es de la uni, en la Complutense, el profesor de Antropologia decidio hacer un debate titulado "PP vs. PSOE". Cada uno escribimos nuestro nombre sobre que queriamos defender y tuve que defender "PP" yo sola frente a 120 mmm gentes... No se sabian los nombres de los Ministerios, decian "El ministerio ese de la Medicina", una experiencia maravillosa y enriquecedora que jamas olvidare.
Pasionaria (www.ajopringue.com)
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